Fernando Blanco, hincha de Defensores de Belgrano, fue muerto a golpes por la policía, el pasado 25 de junio, en la represión que siguió al partido que su equipo jugó contra Chacarita, en la cancha de Huracán.

Los policías actuaron por orden de la Fiscalía Contravencional para “detener” hinchas con el argumento de la “pirotecnia”. La realidad es que la policía esperó a los hinchas con un “pasillo chino” y apaleó a todos sin distinción a medida que pasaban. Fernando no bajó vivo del móvil policial en el que fue trasladado.

Según el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y Ricardo González (“mano derecha de Javier Castrilli” —un militar que revista también en el Consejo de Seguridad en el fútbol—), Fernando se habría caído del celular intentando escapar, golpeándose la cabeza en el asfalto (pero el celular no se puede abrir desde adentro). Los hinchas de todos los clubes conocen bien a la “maldita policía” de la Ciudad.

La pérdida de Fernando provocó la unidad de los “adversarios en el fútbol” (Defensores, River, Boca, Lanús, Almagro, Atlanta, Platense, Morón, etc.), que se dieron cita en las intersecciones de las avenidas Libertador y Comodoro Rivadavia para manifestar contra la policía, por la justicia, por la cárcel a los asesinos y todos los responsables coreando las consignas “Justicia para Fernando” y “Basta de esta policía asesina”.

Las filmaciones televisivas establecen quiénes son los autores materiales. Las hinchadas se unieron para condenar a todos los responsables. Sin olvidar a “Grondona, hijo de p…”, como coreaban todos.

¡Basta de encubrimiento!

¡Cárcel a los policías asesinos!

¡Cárcel a los responsables de la represión!