Políticas

19/12/2016

Ganancias: la burocracia y la entrega más infame

Detrás se sumarán Massa y el FpV.


El acuerdo alcanzado por el gobierno y la cúpula de la CGT es un golpe brutal al bolsillo de los trabajadores y, lejos de las voces optimistas de los burócratas del triunvirato cegetista, supone que la mayoría de los que actualmente pagan lo seguirán haciendo en el 2017. Ajusta solo el 23% el Mínimo no Imponible, una cifra que estará muy por debajo de la inflación del 2017 y no permitirá recuperar lo que se ha perdido en el curso de los últimos años.


Esto porque el nuevo mínimo no imponible para un trabajador casado y con dos hijos será de $37.000 brutos, es decir unos $30.700 de bolsillo. Si el aumento de las paritarias alcanzara a apenas un 25%, pagarán el impuesto al salario todos los que hoy estén cobrando un sueldo superior a los $24.500 de bolsillo.


Nada han dicho los funcionarios ni los burócratas de la CGT – devenidos firmes sostenedores del gobierno macrista- que informaron sobre el acuerdo sobre el tema del aguinaldo. Hasta ahora, el mismo se suma a las remuneraciones a los efectos de realizar el cálculo de ingresos para determinar el monto que se paga por Ganancias.


Juan Carlos Schmidt, capitoste de la Confederación del Transporte que hoy a la  mañana impulsó los paros parciales –cumplidos masivamente por los trabajadores, pero sin trascendencia efectiva-, fue como el pez, murió por la boca. Dijo que el año próximo unos 400 mil trabajadores que hoy tributan, dejarán de hacerlo. Hoy, en la cuarta categoría, donde se ubican los asalariados, hay un total de 2.200.000 aportantes.


El carácter trucho de los paros del transporte impulsados para hoy por la burocracia, que denunciamos desde Prensa Obrera donde sólo se reclamaba por horas extras y viáticos, aparece ahora confirmado plenamente. El acuerdo establece que solo los feriados trabajados y el plus dominical quedarán exentos del impuesto. Y las horas extras realizadas en días de trabajo seguirán tributando, aunque ningún trabajador saltará de categoría por ellas.


Por su parte, el trabajador soltero y sin carga de familia estará alcanzado por el impuesto desde los $ 29.741 brutos (unos $ 24.700 netos). Si se le resta el porcentual del aguinaldo, pagará todo aquel que gane $22.640 de bolsillo. Con el mismo cálculo de un 25% de aumento en paritarias, estarán incluidos todos los que hoy reciban $18.100 mensuales de salario.


La burocracia no solo abandonó totalmente el reclamo de la eliminación del impuesto al salario, sino que santifica la eternización del mismo. Hasta ahora estaba en un cuadro inestable y hasta el gobierno había dejado trascender, para echar lastre, que podría eliminarse para la cuarta categoría en el 2019. Pero ahora está “legitimado” por una ley y hasta se acordó la forma de actualización que, por otra parte, será realizada por el cuestionado índice RIPTE, que se impuso para la “reparación histórica” de los jubilados.


Actuó como el principal soporte del gobierno para lograr este nuevo ataque a los trabajadores. Es que, detrás de ella, se encolumnarán los Massa y el FpV para dar mayoría en el congreso.


En la vereda opuesta está la propuesta del diputado del PO-FIT, Néstor Pitrola, de eliminación total del impuesto a los salarios y jubilaciones y un mínimo de $69000 para los monotributistas.


En esta vereda está también el sindicalismo clasista que este 20 de diciembre marcha de Congreso a Plaza de Mayo para reclamar, entre otras reivindicaciones, que el gobierno no siga metiendo la mano en el bolsillo de los trabajadores con este impuesto absolutamente confiscatorio.