Gran crecimiento del Partido Obrero

El Partido Obrero obtuvo el 2,7% (1.692 votos) en las elecciones para Concejo Deliberante de la ciudad capital de Mendoza. Esto significa una duplicación en términos absolutos de la votación obtenida el 28 de junio del año pasado. En términos porcentuales, el PO pasó del 0,3% en 2007 al 1,15% en 2009 y al 2,7% ahora: en dos años y medio multiplicamos por 9 el porcentaje.

En las barriadas obreras, nuestra votación fue muy superior, un promedio del 4% y mesas con más del 7%. Triplicamos en relación a junio de 2009.

La campaña del Partido Obrero fue muy intensa

Colocamos como eje la situación de los trabajadores: la miseria salarial, el trabajo en negro, el hacinamiento en los barrios obreros, la persecución a jóvenes y artistas; establecimos un programa de salida y plantemos la necesidad de que los trabajadores lleguen al Concejo Deliberante, es decir, que allí se planteen las reivindicaciones y problemas que vive la población trabajadora. Con este eje salimos a la lucha electoral.

Nuestra candidata llamó la atención por la calidad de sus intervenciones en los debates y en los medios de comunicación. Soledad Sosa, con sus 23 años, fue una excelente vocera del partido.

Los medios de comunicación apenas dejaron trascender nuestro planteo, en general fuimos marginados, no sólo nuestra candidata sino también los dirigentes nacionales del PO: mientras Macri, Heller o Lifchitz obtenían espacios abusivamente en los radios, canales de televisión y diarios; a Altamira, Pitrola y Del Pla les cerraban las puertas de los medios masivos.

Afrontamos esta proscripción repartiendo masivamente la plataforma, entregada casa por casa en una gran parte de la ciudad; haciendo tres actos públicos (fuimos el único partido que hizo actos callejeros) de los que participaron Néstor Pitrola, Claudio del Pla y Jorge Altamira, sucesivamente. Además, organizamos en el Centro de Congresos y Exposiciones una mesa redonda con Altamira y un economista docente universitario sobre la crisis capitalista.

Así, en una elección dominada ampliamente por los partidos capitalistas, el Partido Obrero logró quebrar la marginalidad electoral, más que duplicar a los otros partidos de izquierda (que incluso retrocedieron perdiendo votos, como es el caso del PTS) y quedar a pocos votos del frente de los K “puros”, el PC, el PH y el Banco Credicoop, que levantaban como bandera la defensa de Kristina (y, obviamente, el pago de la deuda externa).