Gran repercusión de Altamira en Salta

El nuevo salón de conferencias de ATE estuvo colmado por unos 300 compañeros. Hubo una fuerte presencia de trabajadores de la salud, varios de ellos delegados, que están en lucha contra un estatuto antiobrero impulsado por Eduardo Ramos, el burócrata empresario de Atsa (propietario de las tercerizadas), y Urtubey. Docentes, delegados químicos y de empleados públicos, los jóvenes que dirigen el centro de estudiantes de Humanidades, estudiantes de educación para adultos que están en lucha en defensa de su modalidad, vecinos inundados del barrio Ceferino que pelearon por la reparación estatal de los daños. En fin: una calificada concurrencia mayoritariamente compuesta por activistas y luchadores populares. Muchos de ellos fueron como leones haciendo campaña en sus lugares de trabajo, aun sin estar organizados con el Frente de Izquierda o el Partido Obrero.

“Los salteños deberán elegir entre un defensor de la represión y un defensor de todas las libertades como Pablo López”, sintetizó Altamira. Quien encabeza la lista oficial de Cristina en Salta es el actual ministro de Gobierno, Kosiner, impulsor de todas las represiones recientes y defensor, cuando era diputado romerista, de la represión a la docencia en la “noche de las tizas” -mientras los delitos vinculados al narcotráfico prosperan sin contención. La segunda candidata viene del partido del capitán Ulloa, que gobernó durante la dictadura.

Pablo López, en cambio, ha sido, como diputado provincial, vocero de todas las causas populares en la última década. Esto explica, entre otras cosas, que haya obtenido 38.000 votos a nivel provincial y que saliera tercero en Salta capital, por encima del candidato del romerismo.

No menos de 10 mil salteños que aún votan por Cristina abandonaron en las primarias a los candidatos propuestos por Urtubey y votaron a Pablo en la categoría diputado.

A mediodía, Altamira participó en un almuerzo con abogados, contadores e ingenieros de la ciudad. Entre la concurrencia, había quienes votaron por Cristina por convicción o como forma de evitar que llegue la derecha y otros que lo hicieron por la boleta completa del Frente de Izquierda. Todos coincidieron, sin embargo, en la necesidad de votar para que Pablo ingrese en el Congreso y denunciaron al gobierno conservador y reaccionario de Urtubey y su lista de diputados.

El debate fue interesante. Altamira propuso a los kirchneristas críticos que, derrotada la derecha, su voto debe servir al desarrollo de una oposición de izquierda y cambiar con esto el mapa político del país. La campaña por Pablo diputado y su ingreso al Parlamento es la forma concreta de este nuevo desarrollo que buscamos.

La gira de Jorge se manifestó en numerosas entrevistas radiales y de televisión, que le otorgaron un espacio de tiempo muy amplio. Hemos sentado las bases para el desarrollo de comités de apoyo y de toda una corriente popular para que, en octubre, nos plantemos como la gran alternativa política, que sepulta por un lado a la llamada derecha y se planta como superación política del gobierno que funda su popularidad en la autocaracterización de ‘nacional y popular’, mientras preserva las principales privatizaciones del menemismo.