Grecia: La izquierda en la encrucijada

¿A dónde va la rebelión?

Una importante reunión y debate tuvieron lugar el 31 de enero en el Estadio Sporting de Atenas, en Grecia. Asistieron más de 2.000 militantes de izquierda provenientes de toda Grecia para discutir sobre la crisis, la rebelión de diciembre y sus perspectivas.

Fue convocada por diez organizaciones de la izquierda reagrupadas en Grecia principalmente en dos frentes: el Mera (Frente de la Izquierda Radical, que incluye a la Corriente Nueva Izquierda/NAR, que se escindió del PC en 1989, el EEK, la sección griega de la CRCI, el EKKE, un pequeño grupo maoísta, e izquierdistas independientes) y Enantia (Izquierda Anticapitalista Unida, que incluye el SEK/SWEP -los compañeros de ideas de Tony Cliff y SWP británico, dos grupos althuserianos, los compañeros de ideas griegos de la francesa LCR, y algunos independientes).

Inicialmente fue presentado un informe firmado por casi todas las organizaciones con la excepción de una oveja negra (o cabra negra o gato negro): el EEK. La línea divisoria se fue clarificando en el debate.

Durante la rebelión de diciembre de 2008, la tormenta fue dando forma a diferentes tendencias políticas convergentes y/o en conflicto dentro de una izquierda extra-parlamentaria. La explosión social después del asesinato del joven Alexis impulsó nuevas fuerzas de rebelión que chocaron no sólo con la policía antidisturbios, el Estado capitalista y el gobierno de los asesinos, sino también contra todo el sistema político parlamentario burgués, la izquierda oficial, particularmente el fosilizado Partido Comunista stalinista, el cual era y todavía es hostil a la rebelión; la burocracia sindical y todas las instituciones políticas, sociales y culturales del orden social establecido. Muchas características de Mayo del ’68 en Francia reaparecieron ‘después de 40 años’ en los acontecimientos.

Las fuerzas de la rebelión -una joven generación de trabajadores con contratos de trabajo precarios o basura, en negro, o desempleados crónicos, que viven en un presente de miseria en un mundo sin futuro- se estuvieron moviendo (y aún lo hacen) más allá de las organizaciones establecidas de la izquierda avanzada y aún de las redes anarquistas, aunque tanto los anarquistas como la izquierda estuvieron activos desde el primer momento de la revuelta. Pero en la medida en que la rebelión fue ascendiendo, más y más grupos de izquierda comenzaron a retirarse de la acción directa, repitiendo ad nauseam, en la forma más distorsionada, críticas gastadas contra la “espontaneidad” y la necesidad de una “propuesta política central”, asociada especialmente con la perspectiva de elecciones anticipadas. El EEK se opuso a cualquier retirada; estuvo involucrado en la acción directa en todos los campos, dispuesta a aprender de esta experiencia histórica única, abierto a lo nuevo. Tratamos de analizar cada momento de la situación, haciendo nuestras propias propuestas programáticas, luchando sobre todo por la organización de una huelga general política del movimiento de los trabajadores para derrocar al gobierno, abriendo el camino para una salida socialista a la crisis y al gobierno de los trabajadores.

Además de los estalinistas, que dedicaron dos artículos (uno de ellos fue editorial de primera página en su periódico) calumniando al EEK como “agentes provocadores”, nuestros opositores en la izquierda avanzada, incluyendo a algunos de nuestros viejos aliados en el NAR, comenzaron a acusarnos de ser “semi-anarquistas”, “ultraizquierdistas”, y “fetichistas de la acción directa”. Al mismo tiempo, una mayoría del NAR (una fuerte oposición dentro del NAR estaba en contra de esta movida) se aproximó al Enantia, particularmente a los ‘cliffistas’ griegos del SWP, y comenzaron preparaciones para una reunión conjunta para anunciar “La unidad de la izquierda anticapitalista” y una lista electoral común para las Euro-elecciones y las elecciones parlamentarias nacionales.

El resultado de esta convergencia se reflejó en los puntos programáticos y en las propuestas del informe común en la reunión del Estadio Sporting. El concepto de conjunto está dominado por las actuales y discusiones preparatorias en Europa, particularmente del próximo Congreso Fundacional del Nuevo Partido Anticapitalista en Francia puesto en marcha por la LCR, así como también en las desastrosas experiencias de ‘Respect’ en Gran Bretaña y Rifondazione en Italia. Se hicieron esfuerzos para establecer un “amplio frente de partidos anticapitalistas”, donde puedan coexistir tanto corrientes reformistas como revolucionarias. El “anticapitalismo” es definido como todo lo que se mueve contra el capitalismo sin tener necesariamente una dirección revolucionaria, desde la izquierda de la social democracia hasta la izquierda revolucionaria (o ex revolucionaria) y los anarquistas. Todas las líneas de demarcación entre reforma y revolución son abandonadas en nombre de la “unidad”. Los objetivos electoralistas de esta clase de reagrupamiento están mezclados, si no ocultos, detrás de un montón de activistas del “movimientismo” social y pacifista.

No por accidente la reunión en el Estadio Sporting comenzó con la lectura de un mensaje enviado por la LCR con la firma de Alain Krivine e Yvan Lemmaitre, escrito en ese espíritu. La propuesta de una “Iniciativa por la Unidad y la Acción Común de la Izquierda Anticapitalista”, que uniera al Mera-Inantia y se desarrollará hacia una lista electoral común en las próximas elecciones, fue saludada como una experiencia similar a la del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) en Francia.

A pesar de la pretensión de democracia, los procedimientos fueron predeterminados burocráticamente para no permitir una discusión real. La lista de oradores fue acordada de antemano entre el SEK/SWP y los dirigentes de la mayoría de NAR y establecida algunos días antes de la reunión. El (no elegido) Comité Ejecutivo (Presidium) deseaba impedir que la única oposición declarada, el EEK, ¡hablará por más de cinco minutos! Eliminaron de la lista de oradores a camaradas reconocidos que son dirigentes de importantes luchas industriales proletarias (como la victoriosa huelga en la gran fábrica ex Pechiney en Boetia) o concejales en los gobiernos locales de regiones proletarias. Tuvimos que luchar incluso para imponer como oradora a la compañera Katerina Matsa, la figura más reconocida de la izquierda revolucionaria en Grecia debido sus décadas de larga lucha por un movimiento social contra la adicción a las drogas. Finalmente, permitieron que sólo ella y Savas Michael-Matsas, secretario general del EEK, se dirigieran a la reunión presentando sus puntos de vista “heréticos”.

Para el EEK, la crisis del régimen en diciembre ha abierto un nuevo y tormentoso periodo, lleno de zigzags, pero donde la pregunta precisa “¿Qué clase puede proveer una salida de la crisis capitalista y debería gobernar la sociedad?” está claramente planteada. No negamos sino que enfatizamos la necesidad de la unidad para la acción entre todas las fuerzas populares y de izquierda en cualquier frente particular, en defensa del derecho al trabajo y de los reclamos de los trabajadores, contra las privatizaciones y los retiros voluntarios, por una educación y salud publica y gratuita, por la libertad, contra la represión y brutalidad del Estado. Pero insistimos en que la crisis mundial capitalista tiene implicancias revolucionarias. Somos acusados de “catastrofistas” que ven una “conexión lineal” entre la lucha para derrocar el gobierno derechista y la lucha por el gobierno de los trabajadores, lo cual es una mentira. Luchamos por el derrocamiento del actual y de cualquier gobierno capitalista por la acción de las masas, poniendo énfasis en que sólo un gobierno de los trabajadores basado en las movilizaciones, autoorganizado por las masas puede satisfacer las urgentes necesidades de las masas, expropiar sin indemnización, bajo control obrero, los bancos y las fábricas que cierran, rechazar la deuda externa de los usureros internacionales del capital financiero, echar a la Otan, a sus bases militares, a los imperialismos de Estados Unidos y de la Unión Europea, transformar al país en un bastión de lucha contra el imperialismo y por la unión socialista en los Balcanes, en Europa, en el mundo.

En contradicción al punto de vista “maximalista” del EEK, las otras organizaciones separan la lucha por el derrocamiento del actual gobierno de cualquier perspectiva de gobierno de los trabajadores, el cual sigue siendo “prematuro” para ellos. Incluso la rebelión de diciembre, a sus ojos, careció de un carácter de clase porque los sindicatos oficiales no se movilizaron en masa. Es una falsedad total ver la rebelión social como la acción de una juventud sin clase y de algún elemento lumpen o desclasado. Esto es más o menos el principal punto de vista de la burguesía. Es un hecho real que el país y Europa están en una transición que va desde los levantamientos como la rebelión en Grecia o la huelga general en Francia a situaciones revolucionarias generadas por la crisis mundial sistémica del capitalismo. La cuestión no es cómo los trabajadores toman el poder rápidamente sino en qué dirección tienen que moverse, comenzando desde ahora.

Un segundo punto de confrontación sobre el programa fue en relación con Europa. El EEK lucha por una ruptura revolucionaria de la Unión Europea, por su abolición y la unificación socialista del continente europeo en una Unión de Estados socialistas de Europa. Las otras organizaciones y el informe presentado en la reunión reclaman una “ruptura anticapitalista” con la UE, rechazando cualquier lucha por la unificación socialista de Europa. Es claro que no podíamos estar de acuerdo con tal programa esencialmente nacionalista; es impensable ir juntos, incluso en una lista única, a las próximas euro-elecciones.

No es una cuestión táctica, cuando para enfrentar un peligro directo por parte de los partidos burgueses de marginalizar a la izquierda, tenemos que formar un bloque temporal de partidos de trabajadores para ganar un puesto para un representante de la clase trabajadora. En las actuales condiciones, la izquierda revolucionaria en las próximas elecciones parlamentarias, tanto en las europeas como en las nacionales, tiene que aprovechar la oportunidad de avanzar en su propaganda por una alternativa revolucionaria comunista a la impasse burguesa y al escenario de la centro izquierda, por ejemplo un gobierno de Pasok/Syriza à la Prodi.

El dirigente del SEK/SWP Panos Gaganas puso en claro, en su discurso, que su organización (y sus aliados en Enantia y, desafortunadamente, en el Mera) consideran las “elecciones como el escenario político central”. Katerina Matsa, del EEK, respondió que el escenario político central está en la propia arena de la lucha de clases, no en el sistema parlamentario controlado por la clase enemiga.

El EEK denunció los métodos no democráticos por los cuales, desde arriba, se forjaba esta falsa unidad por razones electoralistas. Exigimos una Conferencia Nacional del Mera para decidir qué hacer, y no tener que aceptar sin votar el ultimátum presentado en la reunión por la dirección del Enantia y por la mayoría del Mera, con la total responsabilidad de los dirigentes del NAR.

Sorpresivamente para ellos, la absoluta mayoría de los participantes en la reunión ofreció una recepción triunfante a los discursos de los dos oradores del EEK, interrumpiéndolos muy a menudo con fuertes aplausos, particularmente cuando fue presentada la alternativa comunista revolucionaria. Nuestra intervención produjo una crisis en las filas de nuestros oponentes y ex aliados, dado que habíamos dejado bien claro que rechazábamos unirnos a un camino liquidacionista que conduce al pantano reformista y que rechazábamos repetir el desastre del Respect británico en Grecia o unirnos al fraude del NPA en Francia.

uestra posición es inquebrantable. No obstante aceptamos la propuesta de la dirección del NAR para discutir con ellos en una reunión bilateral la semana próxima. Ellos pidieron “un caluroso aplauso para que el EEK fuera llamado a… quedarse en el Mera”; ya hemos respondido públicamente que no es el EEK quien se esta separando del Mera sino que, por el contrario, es el NAR el que está abandonando las políticas revolucionarias por las que luchó el Mera desde hace una década.

Mientras tanto, mientras las organizaciones tradicionales de la izquierda avanzada estaban en el evento del Estadio Sporting, jóvenes artistas y otras fuerzas de la rebelión habían ocupado el edificio de la Opera Nacional exigiendo la liberación de los detenidos en la rebelión, solidarizándose con la heroína de la clase obrera, Kostandina Kuneva, por condiciones reales para la creatividad artística “para transformar el arte en rebelión”. Ellos rebautizaron la Opera Nacional como “Escenario Popular en Rebelión”, y organizaron una fiesta popular en las calles de Atenas, muy lejos de las ansiedades electoralistas. Ellos saben mejor cuál es “el escenario político central”.

Savas Michael (2 de febrero de 2009)