Políticas

2/10/2008|1057

Grupo Clarín (Cable Visión): Trabajo a destajo, precarización y rebaja salarial

Partido Obrero de Saavedra

Hace ya varios meses, en abril para ser más precisos, la agrupación Fibra Obrera había anticipado, desde las páginas del boletín que editan, que la fusión de las cuatro empresas, Cable Visión, Multicanal, Teledigital y Prima que dieron origen al pulpo mediático y de comunicaciones que controla el grupo Clarín, presagiaban malas noticias para los trabajadores que allí desempeñan sus tareas.

El Grupo Clarín pasó a tener un control monopólico de las señales de TV por cable y de banda ancha en todo el país (Internet) y, según Infobae, pasa a tener el control casi total del mercado.

Más allá de que cada una de las sociedades y marcas seguirán manteniendo su “identidad”, lo cierto es que se trata de la “megafusión” empresaria más importante que se ha realizado en el país. Los defensores del nuevo monopolio argumentan que ahora tienen “escala” para competir con los grandes grupos a nivel continental (México, Brasil y Estados Unidos).

Pero los trabajadores que hacen funcionar este enorme pulpo, y que son la fuente de sus enormes ganancias, no tienen nada para celebrar. Por el contrario, se han agravado las condiciones de trabajo y salariales, que ya antes no eran satisfactorias. Un sector muy amplio de sus trabajadores está en negro, contratado por distintas “consultoras”; una importante proporción del salario está compuesto por premios que se obtienen según la captura de clientes (es el caso de los calls, por ejemplo). Esta modalidad, que en sí misma es una variedad de trabajo a destajo (no contemplado en los convenios colectivos), luego de la fusión ha sufrido una mutación peor aun.

Anteriormente, estos “premios” tenían un carácter colectivo, pues salvo excepciones, en cada área todos los trabajadores recibían la misma retribución. Ahora esto ya no es así, ya que la escala de premios es individual, aunque los “objetivos” que coloca la empresa son colectivos y el máximo de ellos es la… “megacaptura”. Con esta fantástica modalidad, si algún sector no alcanza los objetivos, desciende el promedio colectivo, lo que no sólo conlleva una merma en los premios, sino incluso el ¡agregado de horas y aun jornadas de trabajo para recuperar los objetivos! Ya vemos de donde sacaron “letra” Scioli y Macri contra los docentes.

Con este método de terror se crea un mecanismo de competencia entre los trabajadores, no sólo para subir en la escala de premios, sino para que no se caigan los objetivos colectivos. Para culminar este cuadro, los trabajadores no tienen, por supuesto, ningún método de control sobre los números que maneja la patronal. Si los objetivos se alcanzan -o no- está determinado unilateralmente por la patronal.

La resultante de este mecanismo siniestro de superexplotación, es el de una competencia obsesiva por las capturas, recuperos, etc., que sin embargo no pudieron evitar que en la última liquidación de haberes, el rubro premios cayera en algunos casos hasta ¡600 pesos! Y en muchos casos jornadas “extras” sin retribución. Y esto es sólo un aspecto de los agravios que padecen los trabajadores y que sería largo describir, pero que no son menos graves.

El sindicato que debería organizar a los trabajadores, el Satsai, ha permitido todos estos atropellos sin intentar ninguna acción de defensa. Naturalmente, el descontento y también la confusión son muy grandes entre los compañeros, que se ven desguarnecidos frente a semejante ataque patronal, que no es más que la culminación de una larga serie de atropellos. Pero como todo tiene un límite, no hay más alternativa que darse a la tarea de organizarse sección por sección, elaborar colectivamente un pliego de reclamos, hasta llegar a una asamblea de todo el personal de cada planta que defina el camino a seguir.

La efectivización de todos los trabajadores tercerizados, la superación del trabajo a destajo y el aumento general de salarios aparecen como las reivindicaciones que pueden unir a todos los trabajadores en un reclamo común.