Junto con Ecuador, el otro tema central de la "cumbre" del Gru­po Río fue Haití, donde las tro­pas de los gobiernos "progre­sistas” latinoamericanos ocu­pan el país por orden de los im­perialismos yanqui y francés.

En Haití reina un clima cre­ciente de guerra civil y, en ver­dad, las tropas latinoamericanas apenas son capaces de patrullar el centro de Puerto Príncipe y la zona industrial del puerto. “El FMI canceló una visita planeada a Haití por la ola de violencia [que hasta obligó] a direccionar las cargas de ayuda alimentaria a la vecina República Dominica­na, debido a los riesgos que aca­rreaba hacerlo en Puerto Princi­pe" (Financial Times, 1/11).

Una reciente misión nortea­mericana a Haití reclamó que las tropas latinoamericanas se impli­quen más en los “asuntos inter­nos" (The Economist. 23/10). Si­guiendo este libreto, Bielsa de­claró en la “cumbre" del Grupo Río que “tos problemas [de Haití] no podrán resolverse sin una ampliación de los plazos" para la permanencia de las tropas. Lula, Kirchner, Lagos, y ahora también Tabaré, repiten en Haití lo que só­lo la dictadura brasileña de Castelo Branco se atrevió a hacer en 1965, en la República Dominica­na y lo que la dictadura de Videla hizo en Centroamérica en la década del ‘70: mandar a sus sol­dados al exterior para respaldar la intervención norteamericana.

Para redoblar la campaña por la inmediata salida de las tro­pas latinoamericanas de Haití es necesario denunciar la política servil de la izquierda nacional y popular con el gobierno del genocida Bush.