Políticas

21/6/2007|997

Hablamos por los que fueron callados

Escribe Vanina Kosteki

El tiempo pasa y seguimos reclamando que se haga justicia, que las cosas no se olviden. Nosotros estamos en cada lucha y llevamos sus nombres en cada reclamo; nuestra memoria está presente siempre. Por eso no olvidamos, no perdonamos, queremos justicia; ellos quieren justicia.


A cinco años no podemos mirar para otro lado. Tenemos que estar todos nuevamente en ese Puente para continuar esa lucha que comenzó hace mucho tiempo y no fue solamente el 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón. Fue hace mucho tiempo atrás. Por eso cuando se levanta una bandera por un muerto se está levantando la continuidad de un lucha. Por eso no se puede olvidar la dictadura, el 19 y 20 de diciembre de 2001, cada muerto por gatillo fácil, Cromañón, Amia, Julio López, Fuentealba y tantos otros casos.


Los reclamos que se planteaban por esos días eran los mismos que se siguen reclamando por estos días. Nada ha cambiado con este gobierno para el que tiene necesidad de darle de comer a sus hijos. Los gobiernos cambian una o dos caras o cambian de lugar los funcionarios. A veces, porque otros quedan y quedan, pero estos “bichos” están matando a nuestros abuelos, jóvenes, niños, y junto a ellos arrastran la educación, la salud, el trabajo. ¿Y que nos dan a cambio? Miseria, pobreza, hambre, desocupación, presos, muerte.


El gobierno de Kirchner nos pintó las cosas de color rosa… Nos dijeron que este gobierno era un cambio; que podíamos estar mejor. Nos llenó de promesas y encima tiene el tupé de hablar de los derechos humanos, como si cumplieran todo y sólo tenemos más impunidad. Prometieron justicia y nos dieron más muertos; nos dijeron que iban a investigar y los que tienen que ser investigados fueron premiados con cargos en el gobierno.


Sangre caliente


Es lo que quedó en el Puente un 26 de junio de 2002, la misma que circuló por los Tribunales de Lomas en enero de 2006, cuando se leía la primera sentencia. Ese no fue el fin sino el comienzo de una historia que aún no acaba. Queremos la condena para cada funcionario del gobierno de Duhalde y que la causa federal deje de ser dormida por Kirchner y sus jueces adictos en los tribunales. Queremos que de una vez por todas tengamos un juicio con condena para todos los responsables, para que nuestros muertos puedan descansar en paz. Estamos cansados de cuentos y que maten, repriman, metan compañeros presos o los hagan desaparecer como hicieron con Julio López.


Logramos una condena para algunos de los tantos que tiraron del gatillo el 26 de junio de 2002 en Avellaneda. Pero no es suficiente. Queremos condenas para todos los que han matado y dieron órdenes de matar, como Sobisch en Neuquén.


Coraje hay que tener, coraje fue el que tuvieron ellos, Darío y Maxi, el compañero Carlos Fuentealba y tantos otros compañeros caídos en la lucha.


Poner el cuerpo, el valor y la necesidad son algunas de las cosas que te levantan cada mañana y te dicen que esto recién empieza.


Volvamos este 26 al Puente para continuar lo que ellos empezaron. Porque esto no se acabó ese día o con un juicio. Queda más. Mucho más.


No dejemos que nadie nos quite el derecho de trabajar, a tener una casa digna, a la educación, a la salud, a la libertad, y sobre todo a la vida.


Funcionarios de turno que matan… a ustedes les decimos que no bajamos los brazos, reclamamos lo que nos corresponde, lo que nos quitaron.


No me van a quitar nada más que la verdad y el reclamo de justicia.