Políticas

26/10/2000|685

Hacia una nueva etapa de crisis

Clinton envió un representante personal a apoyar a De la Rúa ante la crisis política planteada con la renovación del gabinete ministerial y la renuncia del Chacho Alvarez a la vicepresidencia. También Tony Blair mandó un emisario con idéntico objetivo. “El mercado (o sea los banqueros) votó en favor del gobierno”, tituló La Nación (11/10). Los tenedores de la deuda externa coinciden en apoyar un poder presidencial “más coherente”, más fuerte, “con unidad de mando”.


La consultora yanqui Goldman Sachs señaló que De la Rúa enviaría una señal “muy negativa” a los mercados si sacara a Santibañes para mantener a la Alianza con vida: “Que no se eche a Santibañes y que el gobierno gire hacia la derecha” (Clarín, 13/10).


El objetivo de los grandes capitalistas es que se lleve a vía muerta las denuncias de corrupción. Fue uno de los reclamos de Menem en su entrevista con De la Rúa.


Otro de los objetivos del golpe de la camarilla presidencial lo dejó en claro Kissinger, otra vez de paso por Argentina: “Que los distintos marcos regulatorios en la Argentina sean más predecibles; que se simplifiquen las normas del proceso privatizador y se remuevan los obstáculos. Esta es la manera de atraer inversiones” (Clarín, 12/10).


Kissinger está pagado por el pulpo Impregillo, que reclama una diferencia de 1.500 millones de dólares por “actualización de costos” en Yacyretá. Gallo, el renunciado ministro de Infraestructura, había planteado que esto era “un disparate”.


Pero se trata de todas las empresas privatizadas. Las concesionarias de los ferrocarriles (TBA, etc.), de los peajes, Aguas Argentinas, el Correo de Macri, Repsol, etc., se han puesto en la cola de cobro. Todas reclaman no pagar los cánones que adeudan y cobrar subsidios, bajo la forma trucha de “compensaciones”, “reajustes por actualización de costos”, “servicios prestados” y otras yerbas. En el caso de los ferrocarriles se llega a reclamar una compensación por el “lucro cesante” debido a los corrimientos de los feriados.


Las concesionarias privadas también reclaman la renovación anticipada de los contratos y la autorización para aumentar las tarifas.


El gobierno ya ha anunciado un reajuste tarifario para ferrocarriles. Según Dreizzen, el subsecretario de Finanzas, se dispone a “eliminar todas las trabas que demoran las inversiones” (Clarín, 10/10). Para demostrar eficiencia, el nuevo gabinete tratará de solucionar los reclamos… en 15 días.


En su renuncia a la vicepresidencia, el Chacho Alvarez y el Frepaso se cuidan muy bien de no atacar estas concesiones desvergonzadas.


El golpe de la camarilla presidencial provocó una crisis en la UCR, que vio rodar las cabezas de Galván, Genoud, Melchor Posse y Gallo, y su reemplazo por extraños como Patricia Bullrich. Pero con Alfonsín a la cabeza, la UCR todavía no consiguió nada y menos que el Frepaso le acepte una Mesa Coordinadora de la Alianza.


 


La prueba del presupuesto


Los que reclaman la continuidad de la Alianza están pensando en los votos del Frepaso para sacar la ley de presupuesto que exige el FMI. El presupuesto trae nuevos recortes sociales por más de 700 millones dólares (200 millones al Pami; quita de subsidios al consumo de gas y a los combustibles en la Patagonia; a las universidades; mantenimiento de la reducción del 12% de los salarios estatales, etc.). Se trata de continuar pagando integralmente los crecientes intereses de la deuda externa (12 mil millones de dólares para el 2001).


Para esto Machinea se entrevistó con Chacho, al cual le sacó el “compromiso (…) de apoyar la ley de presupuesto” (Clarín, 12/10). ¿Qué hará entonces Darío Alesandro, jefe de la bancada del Frepaso en diputados, que aseguró que “el Frepaso no tolerará nuevos ajustes” (La Nación, 16/10)?


Tres diputados socialistas, del PSD, renunciaron al bloque de la Alianza, pero el comité del PSD “horas después emitió un comunicado en el que ratificó su compromiso con la Alianza y expresó su respaldo a Alvarez” (La Nación, 12/10). La Porta sigue cómodo en su puesto de secretario del gobierno aliancista de la Ciudad. Se deshilacha la Alianza, se deshilacha el Frepaso y se deshilacha el PSD… La crisis en la UCR es completa. A esta descomposición imparable, el Chacho y los politólogos la llaman “proceso transversal”.


 


El empujón de la crisis mundial


Ninguna fracción política patronal logra inclinar el tablero a su favor. En la propia burguesía aún no está claro si “es mejor” o “peor” la partida del Chacho. Este empantanamiento retrata una atomización de la burguesía de cara a la crisis.


En estas condiciones, el catalizador de esta situación deberá venir de afuera, bajo la forma de un nuevo estallido de la crisis financiera mundial, con derrumbe de Bolsas y caída de monedas.


Ya el real brasileño tocó el nivel de 0,50 por dólar, una caída del 10% en una jornada. Lo mismo ocurre con el euro, que bajó al mínimo de 0,85 por dólar. Por otro lado, el enorme endeudamiento y las ganancias decrecientes de las grandes compañías están provocando el derrumbe de las Bolsas, lo que amenaza acentuar la devaluación de las monedas y una caída, por primera vez, del dólar. Un alud de estas características pondrá fin a la paridad del peso.


En estas condiciones, el protagonismo abusivo de los políticos patronales no debe llamar a engaño; se mueven mucho porque no saben adónde ir. Con el agravamiento de la crisis, la irrupción popular cobrará intensidad y barrerá las alternativas que están hoy en el tablero.