Políticas

7/1/1999|614

Hay dirigentes pactando con De la Sota y Mestre

Nadie puede darse por no advertido: la priva­tización de Epec está en marcha y no sólo a través de las tercerizaciones. El primer anuncio de De la Sota en la campaña electoral (aún antes del promocionado 30% de disminución de los impuestos) fue la privatización de la empresa provincial de energía.


La venta de Epec es requerida por los capita­les financieros para pagar parte de la extraordi­naria deuda provincial, a lo que se suma la pretensión de golpear a los trabajadores que aún mantienen las conquistas de convenio y uno de los mejores sueldos de la provincia. Por eso, un aspecto clave para la privatización es la reforma del convenio, algo que Mestre pretendía resolver en el primer semestre del ‘99 y para lo cual adelantó las elecciones pasadas.


¿Cómo pretende De la Sota encarar el re­chazo de los trabajadores a la privatización? Ofreciendo la zanahoria envenenada de la pro­piedad participada. Serrano, de Luz y Fuerza de Villa María, acaba de plantear que “se podría reunir (mediante el mecanismo de la privatización y la propiedad participada) una cantidad de dinero fresco para recuperar la desinversión de los últimos años; los tres sindicatos queremos esto” (La Voz del Interior, 23/12).


Por eso, para preparar la lucha contra la privatización de Epec hay que empezar por “escrachar a todos los dirigentes que están dis­puestos a entregarse y separarlos de la direc­ción; y convocar a una Asamblea General con mandatos de asambleas seccionales para elabo­rar un plan de lucha contra el remate de la empresa y por la defensa del convenio.