Hay dirigentes pactando con De la Sota y Mestre
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Nadie puede darse por no advertido: la privatización de Epec está en marcha y no sólo a través de las tercerizaciones. El primer anuncio de De la Sota en la campaña electoral (aún antes del promocionado 30% de disminución de los impuestos) fue la privatización de la empresa provincial de energía.
La venta de Epec es requerida por los capitales financieros para pagar parte de la extraordinaria deuda provincial, a lo que se suma la pretensión de golpear a los trabajadores que aún mantienen las conquistas de convenio y uno de los mejores sueldos de la provincia. Por eso, un aspecto clave para la privatización es la reforma del convenio, algo que Mestre pretendía resolver en el primer semestre del ‘99 y para lo cual adelantó las elecciones pasadas.
¿Cómo pretende De la Sota encarar el rechazo de los trabajadores a la privatización? Ofreciendo la zanahoria envenenada de la propiedad participada. Serrano, de Luz y Fuerza de Villa María, acaba de plantear que “se podría reunir (mediante el mecanismo de la privatización y la propiedad participada) una cantidad de dinero fresco para recuperar la desinversión de los últimos años; los tres sindicatos queremos esto” (La Voz del Interior, 23/12).
Por eso, para preparar la lucha contra la privatización de Epec hay que empezar por “escrachar a todos los dirigentes que están dispuestos a entregarse y separarlos de la dirección; y convocar a una Asamblea General con mandatos de asambleas seccionales para elaborar un plan de lucha contra el remate de la empresa y por la defensa del convenio.