Políticas

22/5/2014|1315

Hay que abolir el impuesto al salario

Dos perspectivas enfrentadas


sutna san fernando impuesto al salario

La carga impositiva a los trabajadores aumenta, aunque la capacidad de compra del salario cayó fuertemente. La abolición de ese impuesto debe incluir jubilaciones, monotributos y cualquier ingreso personal del trabajador.


Junto al congelamiento del mínimo no imponible, el gobierno kirchnerista mantiene las escalas del impuesto. Las alícuotas del impuesto a las ganancias van desde el 9 hasta el 35 por ciento y se van aplicando progresivamente por tramo de ingresos. El congelamiento de estas escalas de ingresos data de 2007. De manera tal que una franja más amplia de trabajadores es afectada, pues sube en la escala y paga tasas más elevadas como resultado de ello, un asalariado termina pagando la misma tasa del 35 por ciento que los Bulgheroni o los Roggio. Es lo que ocurre con los trabajadores cuyos ingresos superan los 15 mil pesos. Los grandes capitalistas, sin embargo, tienen sus patrimonios bajo el paraguas de sociedades anónimas y, como consecuencia de ello, sorteando el pago de impuesto a las ganancias como personas.

Los trabajadores pagan un impuesto al salario mayor, a pesar de que, en términos de poder adquisitivo, el salario ha retrocedido con respecto a una década atrás. Hoy, con un salario bruto de 20.0000 pesos se abona la tasa máxima, mientras que hace diez años para llegar a esa tasa había que contar con ingresos de 60.000 pesos. El gobierno podría cambiar el mínimo no imponible, pero, con el correr de los meses, lo perdido no se recupera.

Tampoco el proyecto de Sergio Massa hace referencia a las escalas. En cambio, el Frente Renovador plantea eximir el pago del impuesto para pequeñas y medianas empresas. El proyecto del Unen propone un mínimo no imponible para un persona soltera de 12.700 netos -lo que representa el equivalente de los 15.000 brutos que rigen en la actualidad-, el cual ha quedado totalmente desactualizado, teniendo en cuenta la carestía y los nuevos aumentos operados en las paritarias.

En contraste con estos proyectos, el proyecto del Frente de Izquierda, que impulsamos, plantea la abolición del impuesto al salario, la jubilación y cualquier otra forma de ingreso personal de un trabajador, incluidos monotributistas. Consecuentemente con esta línea, señalamos que la exclusión debería extenderse a los ingresos equivalentes al costo de tres canastas familiares. En torno al impuesto a las ganancias, lo que está en debate es quién va a pagar la crisis y cargar sobre sus hombros el ajuste: el capital o los que viven de su trabajo.

Pablo Heller