Políticas

2/1/1996|479

“Hay que dar pasos más rápidos para reconstruir la IVa Internacional”

¿Qué planteamientos realizaste en nombre de tu organización en el Congreso del PO?


Pensamos que hay una urgencia —y también la posibilidad— política de avanzar hacia la reconstrucción de la IVª Internacional. Esta lucha, que siempre fue necesaria, tiene ahora más agudeza en función del cuadro internacional, que presenta, desde nuestro punto de vista, una gran oportunidad para una dirección alternativa a las de las viejas organizaciones y corrientes. Esto en el cuadro de una crisis mundial que subraya la necesidad y la posibilidad de la movilización obrera y de las masas oprimidas, como se ve ahora en muchos países, incluso en los países imperialistas. Es por eso que pensamos que hay que dar pasos más rápidos, más organizados en la lucha por la reconstrucción de la IVª Internacional.


Partimos de la constatación de que existe una amplia base metodológica de acuerdo entre el Partido Obrero y nuestra organización internacional, a pesar de algunas divergencias —tal vez importantes, que en parte derivan de historias distintas— que pueden ser confrontadas, superadas o contenidas, en nuestra opinión, en el interior de una misma tendencia internacional. Este es el sentido de nuestra propuesta al Congreso del Partido Obrero.


¿Cómo pensás que esa propuesta fue recibida por el Congreso del PO?


Con mucha atención. Tenemos un juicio positivo de esta atención y también de las discusiones posteriores al Congreso. Estamos de acuerdo en ser cuidadosos en los hechos, pero nos parece que existe una voluntad del Partido Obrero de desarrollar la perspectiva de la lucha por la reconstrucción de la IVª a nivel internacional, a través del desarrollo hacia una tendencia trotskista internacional.


Tu opinión del Congreso


El Congreso nos confirmó nuestra opinión del Partido Obrero, al que conocíamos desde hace muchos años, como un partido que, pensamos, representa una política consecuentemente trotskista en el cuadro de la lucha de clases argentina y un enfoque internacionalista. Nos parece muy importante, por ejemplo, el método de los once puntos de conclusiones fundamentales del programa del Congreso. Eso es un ejemplo de aquello que es efectivamente para nosotros un enfoque común de intervención. Desgraciadamente, éste no es el método que utilizan en la lucha de clases la mayoría de las organizaciones que se reclaman del trotskismo.


¿Cómo surgió y qué desarrollo tiene la Oposición Trotskista Internacional?


Durante un período fuimos una corriente en el interior del Secretariado Unificado de la IVº Internacional, no porque la consideráramos como ‘la’ IVª Internacional, o, ni siquiera, la mejor de las corrientes internacionales que se reclaman del trotskismo, sino porque era la organización que tenía una cierta discusión interna, que permitía un desarrollo de la confrontación política y que existía con fuerza en algunos de los países principales en que estaban implicados nuestros grupos. Hoy, a partir de una ruptura en la sección más importante de nuestra corriente, que es la italiana, la OTI es una organización externa al SU.


Estamos presentes con dos grupos independientes, en los Estados Unidos —con el nombre de Liga Trotskista— y en Italia —con el nombre de Asociación Marxista Revolucionaria Propuesta (Propuesta es el nombre de nuestra revista), donde constituimos una corriente que interviene al interior del Partido de la Refundación Comunista, que es un partido de masas, con una gran representación parlamentaria y sindical, que es el producto de la escisión de la izquierda del antiguo Partido Comunista italiano. Consideramos que es un reagrupamiento político de la vanguardia obrera, militante. Al interior de este partido, desarrollamos una batalla de oposición organizada de izquierda, que tiene un cierto resultado porque en el último Congreso del partido llegamos a tener poco menos del 10% de los delegados, y en la Conferencia de la juventud de ese año llegamos a alrededor del 30%. Es una tendencia bastante amplia a la que hay que organizar, y la Asociación Marxista Revolucionaria reagrupa a los militantes más conscientes de esa izquierda. La gran mayoría de nuestros militantes ahora son compañeros que llegaron al trotskismo hace dos años o menos.


¿Cómo fue la ruptura con el SU?


Fuimos separados a partir de las divergencias de nuestra actividad al interior del Partido de la Refundación Comunista en Italia. Nosotros proponemos una batalla abierta por las posiciones revolucionarias en el cuadro de ese partido. Los compañeros de la mayoría de la sección del SU estaban en contra. A partir de esto, fuimos excluídos; políticamente había una divergencia de envergadura. Los hechos demostraron que nosotros teníamos razón, porque nos permitieron convertirnos en la única oposición de izquierda al interior del partido.


Querés agregar algo más …


Pienso que puede ser importante dar a conocer el punto de vista programático que nosotros desarrollamos al interior del Partido de la Refundación Comunista en referencia a las luchas obreras. En el gran movimiento del año pasado, nos caracterizamos en el partido por la reivindicación de la huelga general indefinida, contra la política de huelgas parciales y espaciadas que desarrollaba la burocracia sindical, o, por mejor decir, que permitía que se desarrollasen. Todas las otras corrientes tendían a aceptar la política de la burocracia, planteando críticas menores (como paro de ocho horas en lugar de cuatro; plan de paros cada siete días en lugar de cada diez).


Otra cuestión que nos caracteriza es en referencia a la cuestión de los despidos. Llamamos al Partido de la Refundación Comunista a lanzar la consigna de la ocupación de estas empresas, de la constitución de fondos nacionales de sostén a esas ocupaciones y, a partir de eso, la huelga general en apoyo a estas ocupaciones. Nuestros compañeros y los simpatizantes de nuestra corriente en el partido, por ejemplo, en dos fábricas medianas ocuparon las plantas por largo tiempo contra los proyectos de despidos. En un caso, ocuparon por más de un mes una fábrica de vidrio de 200 obreros y bloquearon todos los despidos (de esto hace dos años), y ahora tenemos —encabezada por un militante de nuestra corriente que viene del Partido Comunista— la ocupación de un astillero en el puerto de Nápoles, con cientos de obreros, la mayoría de los cuales son miembros del partido y todos han sostenido nuestra posición en el reciente Congreso, que dura más de un año, y ahora probablemente se dará una solución positiva para los obreros. Se trata de fábricas medianas, pero si pensamos en la reestructuración en las grandes plantas nacionales, como la de Olivetti, que es una lucha en puerta, la ocupación de la planta no sólo sería la expresión de una posibilidad de lucha victoriosa sino, que además tendría un carácter explosivo en relación a la lucha de clases a nivel nacional.


Nosotros planteamos una lucha general para recuperar no sólo el diferencial entre la inflación y los convenios en los últimos dos años, sino una recuperación más amplia, que sea un elemento de unificación efectiva para la clase obrera, para centrar aquí los nuevos convenios, que no estén separados, y en ese sentido llamamos a unificar esto con la lucha por la reducción del horario y por el salario social (subsidio) a los desempleados. La gran cuestión italiana es la unificación de la clase obrera del norte y las masas meridionales, donde hay obreros, claro pero también un gran número de desocupados, que pueden ser un punto de apoyo para la demagogia derechista. Agregamos a esto que el partido debería reivindicar, en nuestra opinión, la nacionalización sin indemnización (salvo para los pequeños inversores) de los grandes grupos industriales que hoy se reestructuran con despidos.