Políticas

16/7/2003|809

Heller, el Credicoop (¿y el Partido Comunista?) contra los deudores hipotecarios

El martes 8 se reunieron los directivos de Abappra (la asociación de banqueros que agrupa al Bice, al Credicoop y al Nación, Provincia y Ciudad, entre otros), encabezados por Heller, con Lavagna y Nielsen.


En la reunión, Heller “expresó su apoyo al gobierno” (El Cronista, 9/7). Entre banqueros, como se ve, el líder cooperativo se expresa sin medias tintas. En el mismo tono los banqueros se ocuparon de los ahorristas, pero no para defender sus ahorros sino porque, dijeron, “representan un problema que amenaza la liquidez de los bancos” (ídem). Finalmente, como buenos banqueros, le reclamaron al gobierno “la compensación que reclaman las entidades financieras… por la pesificación”, a lo que los funcionarios respondieron que “la compensación está en el Congreso y todo indica que será aprobada a corto plazo” (ídem).


Los representantes de la autodenominada banca “nacional” y cooperativa terminan actuando como voceros del conjunto de la banca, que reclama miles de millones de dólares como “compensación”. De ser otorgados, elevarán la ya gigantesca deuda pública dolarizada, que se está pagando contante y sonante con el superávit fiscal a costa del hambre y la miseria del pueblo. La “solidaridad” cooperativa se vuelca hacia sus “colegas” banqueros (la mayoría en manos de las grandes corporaciones imperialistas).


Pero también “avanzaron en el saneamiento de las entidades oficiales. Está en proceso la licitación para contratar un asesor para la reconversión del Nación, se hará lo mismo en las próximas semanas con el Provincia” (Infobae, 9/7). Es decir que está en marcha el desguace y la “privatización en rodajas” de la banca pública como lo reclama el FMI, con el aval de la banca “nacional y cooperativa”.


En el mismo sentido, el gobierno le anunció a Abappra (Heller) la licitación de los bancos Suquía, Bisel y Bersa, hoy administrados por el Nación, que volverían a dominio privado luego de generosos subsidios con fondos públicos. Como reconoció Lavagna, “lo primero es no perder más. El fondo fiduciario ha puesto cerca de 250 millones en estos bancos” (Clarín, 9/7). Los que los vaciaron pueden volver a hacer negocios recomprándolos. El grupo Roggio, que usó y abusó del Suquía como “caja privada” del grupo, hoy “habría mostrado interés” en adquirir ese banco (Clarín, 9/7).


Claro que la “compensación” que reclaman Heller y los banqueros, “nacionales” o no, no vendrá de las arcas del Estado sino de los bolsillos de los deudores hipotecarios: el reciente “aumento” salarial teórico servirá para elevar nada menos que en el 14% el capital de los créditos hipotecarios que se ajustan por el CVS. De esta manera, el Estado alivia la carga de la “compensación” que los bancos le exigen… descargándola sobre los deudores.


Como las cuotas van a aumentar brutalmente, pero no los salarios, la “compensación” para los banqueros será la contrapartida de la expropiación de miles de viviendas de familias trabajadoras. Ese es el caso porque sólo se “beneficiaron” con el CVS los deudores hipotecarios de vivienda única . Heller no tiene empacho en calificar a esta capa de trabajadores como “privilegiados”: es el “segmento de deudores que tuvo hasta aquí el mayor beneficio como resultado de la pesificación asimétrica” (El Día, 13/7). Al banquero “nacional” y “progresista” no le pasa por la cabeza que este “segmento” de deudores hipotecarios, como trabajadores, sufrieron una rebaja real de sus salarios y, en muchos casos, directamente fueron despedidos. Para esos “privilegiados”, pagar la cuota hoy, exige un porcentaje mucho mayor de sus ingresos que hace dos años.


Ahora, con la indexación, muchos perderán sus viviendas… o se verán obligados a pagarlas dos veces: el diputado y también banquero Frigeri advirtió que con la indexación, el valor de las deudas puede llegar a ser superior al de las viviendas que se están pagando. ¡Vaya “privilegio”!