En los últimos días se hizo público que familiares de pacientes atendidos en el Garrahan dejarán de contar con el alojamiento que el gobierno debía garantizarles. Esta gravísima situación afecta a personas cuyos hijos o hijas deben recibir un largo tratamiento en el hospital pediátrico más importante del país. Como es de público conocimiento, la crisis de la salud pública es de tal magnitud que es recurrente la asistencia de niños de todos los rincones del país hasta el Garrahan, por procedimientos o diagnósticos que solo allí se realizan. 

Si estuvieran los recursos materiales y humanos que fueron sustraídos por décadas de vaciamiento y privatización, podrían multiplicarse hospitales de la magnitud del Garrahan en distintas provincias, evitando largos viajes y el desarraigo. Para afrontar al menos en forma precaria esta situación, se disponían plazas de alojamiento para las familias que no cuentan con recursos para ello (que son la inmensa mayoría de las que asisten al hospital: primero en la “Casa Garrahan” y, una vez completado ese cupo, a través de un subsidio para costear hoteles. 

La novedad es el corte dispuesto por el gobierno para este subsidio, y la consiguiente orden de desalojo. Las familias denunciaron esta situación ante los medios de comunicación, sin obtener hasta el momento respuesta alguna de las autoridades. El presidente del Consejo de Administración, Carlos Kambourian, que gusta de pasearse por los medios de comunicación para difundirse a sí mismo con el sello del Garrahan, pero no aparece para resolver esta grave situación. 

La Junta Interna de la gremial ATE se solidarizó con los padres y madres afectados, y reclamó a la dirección del hospital una solución urgente. Sin embargo, los funcionarios presentes se excusaron en nombre de problemas burocráticos (que era de Desarrollo Social, que pasó a Nación, que no se sabe y más palabrerío). ¡Lo dicen desde sus cómodos sillones, con ingresos de cientos de miles de pesos! Mientras tanto, las familias viven en la angustia e incertidumbre de no saber si tendrán alojamiento, para acompañar a sus hijos en tratamientos que no han concluido. Por eso, la Junta Interna discutirá nuevas acciones para una resolución inmediata. 

La Agrupación Naranja del Garrahan se solidariza con los afectados. Nos sumamos al reclamo por una solución inmediata: ninguna familia en la calle. Los gobiernos de Macri y Rodríguez Larreta son responsables en primera instancia; también deben responder los gobernadores de las provincias de origen.