En sesión del Concejo Deliberante de Avellaneda, los concejales del oficialismo (FpV) y algunos del Frente Renovador y radicales votaron por la provincialización del Hospital Eduardo Wilde, tal cual lo había acordado el intendente con el gobierno provincial. Lo hicieron en contra de la población.

El intendente incluso desplegó una patota en la sesión para intentar tapar la voz de los trabajadores, que vienen denunciando esta medida como un cuestionamiento a sus fuentes de trabajo y a la salud pública. Es un plan de ajuste único, ya que se resolvió al mismo tiempo un aumento de tasas de un 35%, mientras se desprendían del único hospital municipal, destruyendo así la articulación (aunque insuficiente y carente de insumos básicos) entre las unidades sanitarias de los barrios periféricos y el hospital, en una ciudad que siempre ha recurrido a él. En este presupuesto municipal (uno de los más altos del conurbano), sólo representa el 3%, el resto que se necesita lo ponen los médicos, las enfermeras y el resto del personal. El salario municipal sigue bajo la línea de pobreza.

Si bien tanto la provincialización como la municipalización han sido vías de vaciamiento y descentralización a lo largo de estos años, en el caso concreto del Wilde, los trabajadores y la comunidad ven que está planteado un retroceso. Los hospitales provinciales del distrito están en una crisis grave, como todo el sistema provincial, cuyo presupuesto para el año que viene ha sido incluso reducido. La provincialización en el marco de una reducción de recursos para los 78 hospitales provinciales es un indisimulable ajuste.

Al día siguiente de la sesión se realizó una importante audiencia en el Congreso Nacional presentando un proyecto de resolución firmado por siete diputados nacionales rechazando la provincialización y exigiendo una reunión de los trabajadores con el gobernador Scioli, el ministro de Salud Collia y el intendente Ferraresi para poder establecer la defensa del presupuesto y los servicios del hospital. Participaron numerosos trabajadores, delegados y vecinos de Avellaneda, junto al diputado Néstor Pitrola, del Partido Obrero-Frente de Izquierda, Virginia Linares, del GEN-FAP y Guillermo Kane, diputado provincial electo del PO-Frente de Izquierda.