La nominación de Elisa Carrió como la candidata de Macri y el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires tira por la borda su declarada intención de actuar como la fiscal que vela por la honestidad de la República. Carrió decidió defender al gobierno de los Arribas, Odebrecht y los Panamá Papers con un empeño propio de las mejores causas. No lo hace gratis, claro. Carrió se asegura así la re-re-re-re-re- renovación de su banca y varios lugares en las listas para su menguada tropa.

 

Pero lo de Carrió no termina acá. En acuerdo con Rodríguez Larreta, acaban de resolver que la legisladora Carmen Polledo no sólo la secunde en la lista sino que sea también la responsable de la recaudación de fondos de campaña. Algunos medios han destacado que fue colocada en ese lugar por sus fluidos vínculos con el mundo empresario (Infobae, 7/4).

 

Polledo, que actualmente ocupa la vicepresidencia de la Legislatura, es propietaria junto con su marido de la Sociedad Anónima Telemetrix que controla el predio de Costa Salguero. El hecho, que estaba oculto, salió a la luz en oportunidad de la muerte de cinco jóvenes por sobredosis en la fiesta electrónica Time Warp a quien la sociedad que integra Polledo le había alquilado las instalaciones. Los testimonios de los miles de jóvenes presentes dieron cuenta que en Costa Salguero había una zona liberada por los inspectores de la Ciudad y las fuerzas de seguridad para que los narcos puedan vender drogas de diseño con total impunidad.

 

Se ve que Polledo tuvo razones de fondo para votar en la Legislatura contra la formación de una comisión investigadora. Su entrelazamiento con el gobierno del PRO es evidente. Por el predio de Costa Salguero, que es propiedad de la Ciudad, la sociedad anónima que integra la vicepresidenta de la Legislatura paga un canon irrisorio. Su esposo, además, es director de una de las concesionarias que integran la red de Telemetrix. Como si esto fuera poco, Polledo y su esposo comparten otro vicio de los dirigentes del PRO: tienen una sociedad offshore radicada en Panamá, que no figura en su declaración jurada.

 

Que la recaudación de fondos de la campaña de Carrió quede en manos de Polledo muestra que la ‘honestidad’ de la chaqueña no es más que otro relato.