Políticas

17/4/2017

Huelga de hambre en Devoto contra la restricción de las salidas transitorias

La derecha manipula el caso Micaela para imponer un reforzamiento represivo.


Decenas de presos iniciaron una protesta en el penal de Devoto en reclamo de que no se avance con la reforma de la Ley 24.660, apuntada a endurecer el régimen de salidas transitorias de los reclusos. El proyecto, que fue aprobado en la Cámara de Diputados y que cuenta con el favor de todos los bloques políticos en el Senado, quiere ser aprobado en medio de la conmoción producida por el femicidio de Micaela a manos de Sebastián Wagner, un ex convicto, excarcelado por la justicia pese a que informes del Servicio Penitenciario desaconsejaban esta medida. El debate planteado tras el femicidio de Micaela intenta justificar un endurecimiento del aparato represivo por parte del Estado y desviar, de ese modo, la discusión sobre la responsabilidad estatal en los asesinatos de mujeres. Por eso mismo está en marcha el planteo de la destitución del juez Carlos Rossi en lugar de llevarlo a un juicio político, que no sólo debería ahondar en el rol del magistrado sino que profundizaría en la cadena de responsabilidades en la liberación del femicida Wagner. La reforma de la Ley 24.660 apunta a endurecer el régimen de salidas de los reclusos, razón que originó el motín de los presos en la cárcel de Devoto.


 



 


 


Varios reclusos ingresaron en huelga de hambre, quemaron ropa, armaron banderas que exhiben desde las celdas y realizaron batucadas al interior de la prisión. La reforma apunta al cercenamiento de los derechos de los reclusos mediante el fin de las salidas transitorias, beneficio al que se accede luego de cumplida una parte de la condena y en función de la rehabilitación social de los detenidos. La cancelación de esta medida plantea un aumento del punitivismo en las prisiones. La ley es una continuidad del endurecimiento del Código Penal impulsado por el "ingeniero" Blumberg, paquete de leyes sancionado durante el kirchnerismo en 2004.


 


No pocas veces, la podredumbre del sistema carcelario impone las "salidas" de los presos con el objeto de que cometan robos y otros delitos a cuenta de las autoridades carcelarias. El reforzamiento punitivista actual intenta canalizar el reclamo por los femicidios desviándolo del proceso de lucha de la mujer, hacia posiciones reaccionarias que exigen el incremento de la mano dura y la represión.


 


El motín de los presos de Devoto revela que la situación en las cárceles es crítica. Toda reforma al sistema carcelario debe apuntar mejorar las condiciones que padecen los reclusos y no al reforzamiento del aparato represivo estatal.


 


Es necesario desmontar el andamiaje criminal, que se concentra en el Estado mismo.