Políticas

21/5/2009|1084

Huelga en Atucha II

Ni un despido más

La obra más importante del país, Atucha II se encuentra desde hoy, miércoles 20, totalmente paralizada. El detonante ha sido la huelga que 800 trabajadores de Electroingeniería – la principal empresa del obrador (y dueña además de Vialco, con otros 300)-  vienen realizando en reclamo de un aumento salarial del 25% y otras reivindicaciones. La asamblea del martes 19 resolvió concentrarse en la puerta del obrador hoy, antes del ingreso del resto.

La respuesta de las patronales (más de 20 empresas) -a las que no son ajenos los funcionarios de la empresa que gestiona la obra (NA-SA)- fue resolver un lock-out, al disponer que los trabajadores de todas las empresas, menos los de Electroingeniería, ingresen una hora más tarde. Al tomar conocimiento de que el piquete obrero en el portón de acceso era masivo, ordenaron que los micros no pasen de Lima (a ocho kilómetros de la obra) y regresen a los barrios. El propósito, más que evidente, fue impedir que el resto de los 5.000 obreros de la construcción de Atucha II se unan en una medida en común en reclamo del 25% de aumento y el cese de los despidos, que ya suman centenares y a dos semanas del cese de otros 200 trabajadores en la empresa Dycasa.

La Uocra de Zárate está en un proceso acelerado de descomposición. Gerardo Martínez reemplazó al interventor Blando por el santafesino López y envió al jefe de la patota “colaboracionista”, Mario Conti, a Pergamino, poniendo en su lugar al opositor Monzón. 

En sus primeras declaraciones, Monzón prometió elecciones de delegados en las empresas de Atucha II, jamás cumplidas, y llamó “a todos” a concurrir al gremio. En un primer momento, esto despertó expectativas entre los trabajadores, que se juntaban en el sindicato a deliberar y a buscar trabajo en el caso de los desocupados. Allí se realizaron reuniones, algunas grandes, en las que incluso se discutió y se votó marchar a Atucha. Grupos de albañiles desocupados recorrieron obras menores en la ciudad reclamando ser empleados, alentados por esa expectativa. La mayoría de los delegados truchos resolvió no dejar entrar a Monzón ni al interventor por una sencilla razón: la posibilidad de ser desplazados los deja fuera de los suculentos negocios que se hacen a costa de los trabajadores de la obra y de sus sobresueldos como esbirros de la patronal. 

En la obra más grande del país, centenares de compañeros han sido despedidos hasta ahora, con la anuencia de la patota “gremial”, en un escenario de profunda deliberación e inquietud obrera en todas las obras. Motivos sobran: disparidad salarial, malas condiciones de alojamiento en las barracas, despidos arbitrarios. El jueves 14, una movilización al municipio reclamó el reinicio de la construcción de las 400 viviendas del barrio El Ceibo, de donde proviene Monzón. El viernes 15, la empresa se llevó toda la maquinaria. Al mismo tiempo, ante el anuncio del fin de contrato con Dycasa, los trabajadores en asamblea votaron parar media hora cada dos en defensa de los puestos de trabajo. El lunes 18, al ingresar, el delegado Riquel fue agredido y amenazado por Tissera, de la delegación Lima de la Uocra, junto a otros “delegados” de la patota, acusándolo de promover la medida, que quedó en suspenso.

Frente a la actual paralización de Atucha II, la Uocra no ha dicho palabra hasta el momento. Reclamamos que se convoque a una asamblea general de los trabajadores de Atucha para resolver en conjunto las medidas a seguir y que se realice un paro nacional de apoyo.

Reclamamos a la CGT de Zárate-Campana que convoque a un paro de 24 horas en defensa de los compañeros de Atucha y de todos los trabajadores afectados por despidos, y en apoyo a las demandas salariales de los metalúrgicos y otros gremios. Que se efectivice de inmediato la tan mentada marcha entre las dos ciudades contra los despidos y abusos patronales.

La Agrupación de Trabajadores de la Construcción ha llamado a organizar la lucha para:

  • evitar los despidos y que la NA-SA garantice la continuidad de todos los obreros de Dycasa, se vaya o no la empresa, considerando que hay todavía un año y medio más de obra civil.
  • lograr la inmediata puesta en marcha de la obra pública anunciada pomposamente por el gobierno, para dar trabajo a todos los compañeros que están en la calle.
  • arrancar un aumento salarial del 25% y la equiparación con la empresa mejor paga. Recategorizacion a las 200 horas, según convenio.
  • expulsar a los delegados truchos e imponer la lección democrática de delegados en todas las empresas.
  • convocar una Asamblea General que resuelva un plan de lucha por los reclamos y elija una comisión de normalización del gremio, desterrando las camarillas.

Carlos Frígoli