Huelga en Smurfit

Papeleros: La situación está caliente

Smurfit produce bobinas y cajas de empaque para sectores exportadores de alimentos. Desde octubre del año pasado aplica un acuerdo de suspensiones con el sindicato, invocando la crisis, de hasta 15 días al mes al 75% (un conductor de máquina continua en condiciones “normales” y con una antigüedad de 15 años cobra 900 pesos de quincena trabajando cuarto turno).

La Federación del Papel (CGT-Azul y Blanca) pactó una suma no remunerativa de 500 pesos por única vez en dos cuotas, con nueva discusión en julio. Los trabajadores de base estallaron con un reclamo de aumento salarial que inmediatamente tomo vuelo sección por sección hasta hacérselo saber a la interna que sigue la línea de la Federación. Se arrancó una asamblea a la directiva, quebrando la condición de que sólo podrán participar los afiliados. La asamblea (la más numerosa de los últimos años) votó que los 500 pesos fuesen incorporados al sueldo.

Luego de sucesivos rechazos a propuestas de la empresa, los compañeros acorralaron a la interna y directiva, y  en otra asamblea votaron paros de 24, 48 y 72 horas. El acatamiento fue total, sostenido por piquetes; los medios locales cubrieron el corte de calles, de la autopista y los trabajadores en las puertas de acceso a la planta. En esos días la patronal daba de baja a 15 trabajadores eventuales. No se realizó audiencia en el Ministerio de Trabajo.

Smurfit estuvo seis horas parada por la huelga. La patronal desvió la producción hacia sus plantas en Coronel Suárez y Sunchales. Cumplidos los días de paro, el sindicato llamó a una asamblea no representativa, para informar que obtuvo el pago de 300 pesos en junio y julio, por única vez, y una caja de alimentos no perecederos por mes, por el valor de 100 pesos. El pago de los días caídos ni se mencionó, y tampoco las bajas de los eventuales. Al otro día la patronal reanudó su producción sacando el turno noche.

La lucha por salarios y las conquistas está latente en las bases papeleras.

Corresponsal