Como en todas las luchas, incluso la electoral, el Partido Obrero se hace notar en Hurlingham: con el 2,49% para diputados nacionales, el 2,50% para diputados provinciales y el 2,18% para intendente y concejales, confirmó que es la principal fuerza de izquierda en el distrito. Así, en este último rubro subimos un 68% con respecto a la votación presidencial de abril, en tanto que la alianza Mst-PC-PS (3,46%) redujo su caudal electoral cerca del 10%. Tomando el rubro diputados nacionales, el PO casi duplicó su votación, mientras que IU-PS (4,43%) subió apenas un 16%. Abajo nuestro quedaron Recrear, los radicales (con Danilo Mesa – de la conducción nacional de la Cta – como candidato a intendente), el PH, el gendarme D’Elía, el Polo Social y demás.

Esos porcentajes reflejan la posición de los trabajadores y las capas más conscientes de la población que han luchado por la organización política y la movilización de los desocupados y la puesta en pie de los comedores y merenderos del Polo; por las asambleas populares; contra el vaciamiento patronal de las fábricas y por su reapertura bajo gestión obrera; por el trabajo genuino y el aumento de salarios; y contra el gatillo fácil, la represión y la mafia que gobierna el distrito.

Para el caso de IU-PS, los mismos números representan un ejemplar desprecio a su conversión, lisa y llana, en un sublema kirchneriano en la provincia. Es como dice el compañero Rubén: “En esta elección salimos segundos, porque todos los de arriba son kirchneristas”.

Además, el PJ, Acuña y su aguantadero-lista-de-concejales lograron su “victoria” con el 35,6%: el porcentaje y los votos más bajos desde la creación de Hurlingham, en el ’95 (con un literal desplome en Morris, el otrora bastión peronista). La abstención rayó el 30% del padrón y los votos en blanco y nulos llegaron al 10%.

A todo esto agrega que la debacle capitalista sigue su curso: el Municipio está endeudado en la mitad de su presupuesto, las cloacas – la gran promesa pre-electoral – no estarían sino ¡hasta fines de 2005! (si es que la obra se inicia alguna vez), y al día siguiente de la elección comenzaron los despidos, con una primera tanda de 90 entre los contratados.