Políticas

27/3/2003|794

Ibarra, Macri y Beliz contra piquetes y cacerolas

La Justicia Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires condenó a cinco días de prisión efectiva a once vendedores ambulantes, por haber cortado la avenida Pueyrredón en momentos en que se los pretendía desalojar de sus puestos. Eufóricamente, La Nación destacó que “la Justicia no condenó en esta oportunidad la venta ilegal, sino la obstrucción de la vía pública, amparándose en el artículo 41 del Código Contravencional”(20/3).


Esa norma penaliza a quienes impidan “la circulación de personas o vehículos por la vía pública o espacios públicos, salvo que sea en ejercicio de un derecho constitucional, y que se haya dado previo aviso a la autoridad competente”. Naturalmente, queda en manos del Estado determinar si se ha ejercido – o no – un derecho constitucional. Y aún en este caso, el corte de calle debería ser previamente permitido por la Dirección de Tránsito de la ciudad, repartición que pasa a determinar, en última instancia, qué movilizaciones se ajustan “a derecho”.


Durante mucho tiempo, los elementos más fascistoides de la política porteña se quejaron de que las cárceles contravencionales de la Ciudad “se encontraban vacías”. Al reprimir y mandar a la cárcel a los vendedores del Once, Ibarra ha satisfecho ese reclamo. El fallo constituye un precedente contra los movimientos piqueteros y asambleístas de la ciudad y del Gran Buenos Aires, cuyas movilizaciones confluyen al centro político del país. Ya han comenzado a sufrir el “fallo ejemplar” los movimientos de ahorristas y deudores hipotecarios: en las marchas de la última semana fueron forzados violentamente a desistir de los cortes que estaban realizando.


 


Los cortes y las elecciones


El desalojo de los vendedores de Florida, Once y Parque Rivadavia, de los vecinos del Padelai y de la casa que ocupaba el MTD en San Telmo, son actos “electorales”, en el sentido que éstos importan para Ibarra: apuntan a conquistar los favores del gran capital y a reconstruir el “principio de autoridad” estatal en la ciudad. Con esta bandera – la de “limpiar las calles” – también Mauricio Macri inició su campaña electoral varios meses atrás. Gustavo Beliz, uno de los pilares porteños de Kirchner, también ha sido claro: “No puede ser que cualquiera te corte una calle y te dé vuelta el tránsito. El concepto de mi propuesta, en síntesis, es impunidad cero” (23/3). Alicia Pierini, postulante de otra fracción del justicialismo, acaba de presentar un proyecto de ley para “reglamentar” las manifestaciones y cortes en la ciudad.


Nadie puede llamarse a engaño, no estamos ante un problema “contravencional”: los candidatos pretenden poner orden en la capital del “Argentinazo”, donde el recurso de ganar las calles fue empleado desde el barrio de Belgrano hasta el Bajo Flores.


Para defender las calles para las asambleas, los piqueteros y todos los explotados; para defender, en definitiva, la perspectiva del “Argentinazo”, el 27 de abril y el 8 junio hay que votar al Partido Obrero.