Políticas

1/11/2001|727

Importante avance del Partido Obrero

El 14 de octubre se registró el derrumbe completo de la Alianza, que logró 65.000 votos, un tercio de los obtenidos en el ’99, y no obtuvo ninguno de los cargos en diputa. La misma suerte corrió Acción por la República, con menos de 5.000 votos cuando en el ‘99 había logrado 34.000. Un caso significativo es también el derrumbe de Pueblo Unido, que en las elecciones del ‘97 había logrado 73 mil votos, en el ‘99 llamó a votar por la Alianza y De la Rúa, y en esta oportunidad cayó a menos de 20.000 votos.


Ganó el justicialismo, pero con 70.000 votos menos (233.000 en el ‘99, 168.000 en el 2001), a pesar de que contó con el apoyo de tres vertientes del bussismo: Topa en la Capital, Bulacio (ex intendente de San Miguel) y Lobo Aragón (actual interventor de Yerba Buena).


La fracción del PJ de Olijela Riva y Falú logró 70.000 votos. El busimo conservó los 100.000 votos del ‘99; recibió votos del cavallismo, pero otros emigraron hacia el PJ de Miranda.


Los votos en blanco fueron escasos, apenas superaron el 2% de la media histórica, pero crecieron los votos nulos (un 8%) y la abstención, de un 25% a un 35%.


La izquierda creció en todas sus expresiones. El PH pasó de 4.000 a 11.800 votos, IU pasó a 11.200 votos. El Polo Social sólo obtuvo 11.800 sufragios a pesar de su importante despliegue publicitario.


El Partido Obrero se presentó como Frente de Unidad Trabajadora, lo que trajo diversas dificultades con los votantes y fue así señalado en los medios, y destacado por numerosos presidentes de mesas que recibían los reclamos por la ausencia de la boleta del PO. Así y todo, con la boleta del FUT, el PO aumentó en un 80% la votación del ‘99, pues pasó de 3.800 a más de 6.500 votos (2% de los votos en San Miguel, más del 4% en localidades como San Pablo, 2% en el departamento de Lules). En los departamentos donde más se ha desarrollado el movimiento piquetero y donde es más influyente la CCC, como el caso de Aguilares, triplicamos los votos en relación al ‘99. El PO no hizo demagogia de derecha, como sí el Polo Social “El país tiene cura…” o el PH “No vote políticos, vote humanistas”.


La campaña del PO se extendió a toda la provincia, tuvimos llegada en los medios como en ninguna otra campaña anterior, hubo 250 fiscales y notablemente se recogieron diversas muestras de apoyo (un grupo vinculado a la Alianza sacó un volante en nuestro apoyo en Delfín Gallo y fiscalizó nuestros votos; lo mismo ocurrió con gente vinculada a un Centro Socialista que sacó una mariposa en nuestro apoyo y la agitó en un barrio de San Miguel).


Tucumán no escapa a la crisis general que envuelve a todo el proceso político nacional, y va a estar fuertemente condicionada al mismo; los recortes de fondos provinciales ya se hacen sentir en el retraso en el pago de los sueldos y en la traba en la convertibilidad de los Bocade (los patacones tucumanos). Por otro lado, en forma creciente el gobierno está postergando los pagos a los acreedores. El gobierno anunció un nuevo ajuste, como el pago del 20% con ticket, congelamiento de la antigüedad, quita de incentivos, racionalización de personal, recortes de los planes sociales, etc.


Los nuevos ataques a los empleados públicos; el fin de la zafra azucarera y de la recolección del citrus; el comienzo de la época de lluvias (y las inundaciones), y el vencimiento de la mayoría de los planes de empleo, dan el marco para un fin de año caliente.