Políticas

28/3/2017

#IndioEnOlavarría: Galli, cada vez más cerca de la impunidad

Se llevó a cabo la interpelación al intendente olavarriense por las consecuencias del recital del Indio. Puesta en escena para que el alcalde disimulara su responsabilidad.


La interpelación comenzó a las 20.30 con la presencia de más de 200 personas, la mitad de ellas funcionarios y vecinos que oficiaron de aplaudidores cuando Ezequiel Galli ingresó al recinto. La sesión, pactada entre el oficialismo y los bloques opositores, duró aproximadamente cinco horas y media, de las cuales más de cuatro correspondieron a la lectura que el intendente hizo de las respuestas a las 324 preguntas efectuadas por los concejales.


 


Galli descargó las culpas de lo sucedido en la productora del recital, En Vivo SA (de los hermanos Peuscovich), justificó la ausencia de controles y de medidas de seguridad en que la organización municipal se vio desbordada y postergó muchas respuestas a la decisión judicial en la investigación que lleva adelante la fiscal Susana Alonso. Cuando las preguntas referían a seguridad, cacheos y control de rutas dijo que esas preguntas debían responderlas los funcionarios provinciales. Tanto en las conferencias de prensa de las semanas previas (y también en esta interpelación) Ritondo y Galli se pasaron la pelota sobre la habilitación y el control de la venta de alcohol en la ciudad.


 



 


El intendente fue evasivo sobre las preguntas acerca del transporte de gente en camiones volquetes y justificó este trato inhumano en la emergencia que representaban los más de 6000 varados y los disturbios producidos en la terminal el día después del recital. Demagógicamente, hizo un reconocimiento a la solidaridad de los vecinos de Olavarría, que suplieron la inoperancia y negligencia del Estado.


 


Sobre el tramo final de su declaración, el intendente reconoció que fue un error confiar en la productora del evento y su “expertise”. Existió una comprobada diferencia entre la concurrencia para la que estaba habilitada el predio La Colmena (155.000 asistentes) y el número de entradas vendidas que la productora declaró (200.000). El gobierno municipal, sin embargo, no es ajeno sino cómplice de este negocio: accedió a cobrar el derecho de espectáculo por 200.000 cuando la ley dice que debería hacerse sobre la capacidad ocupacional. "La póliza explicita que el seguro es válido para más de 100.000 personas", esgrimió Galli, pero según revela Clarín, la póliza de Federación Patronal detalla que "se declara la cantidad de espectadores habilitados para el evento en 200.000 personas".


 



 


Según los números aportados por el jefe comunal, el negocio le salió caro al municipio. El saldo neto del recital para las arcas municipales sería menor al millón de pesos, porque se gastaron $2.939.000 en servicios tales como salud, seguridad, transporte, limpieza –más de $1.300.000 fueron a parar a la concesionaria Malvinas S.A.– mientras los ingresos llegaron apenas a $3.895.000. La gran ganadora es la empresa productora, que recaudó sólo por entradas vendidas un monto de $160 millones.


 


Cuando llegó el turno de las repreguntas, los concejales cuestionaron la falta de información en que se los mantuvo ya que tuvieron únicamente una reunión con el ejecutivo a principios de febrero. En realidad, esto habla más de la propia inacción de los concejales opositores, que permanecieron pasivos. Pero también demuestra la improvisación con que se preparó el recital ya que en el último mes se terminaron gestionando las habilitaciones y preparando los informes de seguridad. El convenio que compromete al municipio, en el que se hace fiador del acondicionamiento del predio y del pago del alquiler, debía haber pasado por el HCD y no fue así.


 


Precisamente, en la presentación judicial de esta garantía Galli suscribía que “el municipio (…) colaborará de manera que todas las partes involucradas (…) resulten indemnes a las consecuencias que pudieran derivar del evento musical”. En estas palabras quedó expresada su responsabilidad política en los acontecimientos y, a la vez, la voluntad de encubrir lo ocurrido y garantizar indemnidad, es decir, impunidad.


 


Para contribuir a esta finalidad, la sesión de interpelación fue a la medida del intendente. Hasta se dio el gusto de iniciar y cerrar su descargo con discursos prácticamente de campaña electoral. Se fue colmado de aplausos y saludando a cada uno de los concejales, como si aquí no hubiera pasado nada. La oposición olavarriense ha jugado claramente para que Galli saliera indemne. En los días previos, el Frente Renovador y el kirchnerismo anticiparon que garantizarían la continuidad del intendente y no pedirían su apartamiento del cargo.


 


El Partido Obrero acudió a la interpelación a plantear justamente lo contrario: que Galli sea suspendido de sus funciones hasta que termine la investigación judicial y que se levante el secreto de sumario para conocer a fondo las responsabilidades políticas y empresariales.


 



 


 


Foto: Alejandro Casamayou