Grandes grupos empresarios –entre los que se cuentan Soros, Eurnekián, Ingenio Ledesma, San Martín del Tabacal– han fijado su mirada sobre el Ingenio La Esperanza (Clarín, 25/6).

Que los medios nacionales publiquen que en Jujuy hay una importante fuente de riquezas no es novedad. El Ingenio, que ha sido saqueado por los Jorge (hoy está en proceso de quiebra), guarda entre sus cañaverales y montes el tesoro escondido del sueño capitalista. El botín de los parásitos que medran alrededor de las quemas de la caña y el humo de las chimeneas que ya poco producen, está diseminado entre las 72 mil hectáreas no cultivadas.

Los más afectados siguen siendo los obreros. De darse este gran negociado, gran parte de los 2.200 que componen el precario desarrollo industrial de una porción menor del ramal, engrosarán los ya elevados índices de desocupación de la provincia.

La entrega también tiene un tinte radical. El proyecto de Morales –transferencia de los pasivos a la provincia, para luego proceder a la venta del 90% de la fábrica y tierras– significa nada más y nada menos que la confiscación del trabajo y desarrollo de La Esperanza y San Pedro. La producción del biocombustible podría generar más ocupación de mano de obra e industrialización para la zona.

El Partido Obrero ha presentado a los trabajadores del Ingenio y a los vecinos de San Pedro y La Esperanza el proyecto de expropiación y municipalización del Ingenio y su fiscalización por una comisión de 100 integrantes elegidos por el voto popular en elecciones generales.

En estas condiciones, abrimos el debate, con un programa colectivo y propio de los que producen las riquezas en beneficio y para la gran mayoría.

De la mano de los Fellner, Morales, Moisés y Bautista, Ingenio La Esperanza será otro galpón de almacenamiento.