Políticas

19/7/2017

IRSA se queda con el Centro de Convenciones de Recoleta (y con la lista de legisladores del macrismo)

Un negociado inmobiliario que involucra al ministro de Modernización porteño, Andy Freire.

Candidato a Legislador por el Frente de Izquierda


El Gobierno de la Ciudad acaba de sellar uno de los negociados inmobiliarios más escandalosos de los últimos años, lo cual no es poco decir para una administración que se ha caracterizado por entregar bajo el gobierno de Rodríguez Larreta 200 hectáreas a los especuladores inmobiliarios. Nos referimos concretamente a la adjudicación del Centro de Convenciones de Recoleta a una UTE integrada por varias empresas, entre las que se encuentran La Rural S.A. y, ¡cuándo no!, IRSA de Eduardo Elsztain.


 


El gobierno de Rodríguez Larreta invirtió más de $800 millones para construir el Centro de Convenciones, ubicado en una de las zonas más caras de la Ciudad. Cuenta con 28.000 metros cuadrados, tiene tres pisos conectados por escalaras mecánicas y capacidad para albergar a más de 5.000 personas. Además, tendrá una bajada especial de la nueva traza de la Autopista Ilia, cuyo gasto de construcción también corresponde al Estado, y una playa de estacionamiento que le permitirá recaudar hasta $12 millones al año.


 


Dada la gran inversión realizada estaba previsto que la administración del Centro de Convenciones quede en manos de Estado. Sin embargo, el gobierno de Rodríguez Larreta decidió tercerizar su administración en un privado, que explotará en su beneficio un predio único sin poner prácticamente un peso. Como ocurre con la mayoría de las leyes, Rodríguez Larreta contó con los votos del bloque que hoy sostiene la candidatura de Lousteau para aprobar este negociado.


 


El canon de alquiler que se fijó es un escándalo aparte. Aunque para justificar la adjudicación la UTE encabezada por IRSA ofreció un alquiler mensual de $1.411.000 mensuales, en realidad este monto será percibido por la Ciudad recién en el 2022. Es que en el artículo 15 del pliego establece que durante el primer año se pagará el 25% del total; en el segundo, el 35%; en el tercero, el 55%; en el cuarto, el 80%, y a partir del quinto año, la totalidad. De este modo, durante el primer año el canon baja inexplicablemente a $350.000. Pero la generosidad del gobierno de Rodríguez Larreta para con IRSA no terminó allí. Por un decreto del Ejecutivo porteño se resolvió reducir ese monto en un 50% por los supuestos daños que produciría la construcción de la bajada de la autopista. Al final de cuentas el canon mensual pasaría a ser $175.000, una cifra irrisoria si se tiene en cuenta que un local en esa zona puede pagar hasta $100.000 mensuales.


 


Como era de suponer, un negociado tan alevoso debía quedar en familia. Y es lo que ocurrió. La operación fue respaldada por el ministro de Modernización, Andy Freyre.


 


Freyre, quien encabeza la lista de legisladores del oficialismo porteño, fue hasta noviembre del 2015 director de IRSA, la gran beneficiada con esta concesión. Antes de convertirse en la candidata de Macri y Rodríguez Larreta en la Ciudad, Elisa Carrió había cuestionado por incompatibilidad a Andy Freyre para entregar obras a IRSA. Pero eso ya es cosa del pasado. Ahora Carrió comparte boleta con Freyre, ella como cabeza de la lista de diputados nacionales y el ministro de Modernización como cabeza de los legisladores. La `incompatibilidad` se resolvió de la manera más bochornosa posible. Freyre se excusó de intervenir en la operación, delegando la responsabilidad en sus subordinados. El mismo modus operandi de Julio De Vido, que se defiende diciendo que él nunca firmó nada, sino que lo hacían sus subordinados, sean Baratta, Schiavi o Jaime.


 


El poder de IRSA es simplemente inmenso. No sólo se queda con el Centro de Convenciones de Recoleta por chaucha y palitos, sino que también se apropia de la lista de legisladores del oficialismo, colocando a un ex (?) director rentado de la compañía a la cabeza de la lista de legisladores. Es lo que se llama ´seguridad jurídica´.