Políticas

12/4/2012|1217

Jorge Altamira, frente a la embajada británica: “Detener la desintegración nacional con un gobierno de trabajadores”

Poco después del mediodía del 2 de abril, el Partido Obrero y el PTS (integrantes del Frente de Izquierda) concretaron un acto frente a la embajada británica. A través de una declaración común, la reivindicación de la soberanía nacional en Malvinas fue colocada en el cuadro de la lucha internacional de la clase obrera contra el imperialismo. El acto, que abrió Christian Castillo, del PTS, fue cerrado por Jorge Altamira. En su intervención, que aquí reproducimos, Altamira trazó un balance de las jornadas de 1982 y planteó el significado actual de la cuestión Malvinas en la perspectiva del Frente de Izquierda.

Compañeros y compañeras: hace treinta años, en un período muy breve de tiempo, explotaron todas las contradicciones de la dictadura militar, que algunos creían que iba a ser eterna. El 30 de marzo, 50 mil trabajadores coparon el centro de la ciudad y la Plaza de Mayo, y pelearon contra la policía hasta la medianoche, en una de las más grandes y más importantes manifestaciones de la clase obrera argentina en el curso de su historia. El régimen militar estaba quebrado frente a los trabajadores, los que no protagonizaban ese día su primera lucha, sino que la habían desarrollado sistemáticamente bajo la dictadura militar, desde la huelga telefónica de principios de 1977 -e incluso antes, con la huelga metalúrgica el 7 de septiembre de 1976, porque la dictadura militar les había arrancado el día del metalúrgico- y culminaba el 30 de marzo con esa gigantesca movilización. La dictadura estaba agotada frente a los trabajadores y la dictadura estaba agotada frente al imperialismo. Porque en abril de 1982, el régimen militar no tenía condiciones para seguir pagando la deuda externa. Es un régimen quebrado el que toma la iniciativa de ocupar Malvinas en nombre de la independencia nacional y en nombre de la soberanía nacional. Ya en aquel momento dijimos que ésa no era una lucha nacional, que ésa era una lucha para alcanzar un acuerdo con el imperialismo y que la lucha nacional siempre iba a pasar por la conquista de la autonomía nacional mediante la expropiación del imperialismo en el territorio nacional. La experiencia de Malvinas ilumina un aspecto muy importante del nacionalismo argentino, porque ¿qué buscaba, en definitiva, la dictadura militar? La dictadura militar buscaba colocar a la Argentina como una potencia regional, algo que había intentado antes con la posibilidad de una guerra contra Chile por el tema del canal de Beagle; algo que había intentado antes, a través de un acuerdo con Brasil, Uruguay, Sudáfrica y Rodhesia para crear la Organización del Tratado del Atlántico Sur con los Estados Unidos. La burguesía argentina, a través de los militares, quería elevar el status del capitalismo nacional en el campo internacional. Y ¿qué significa para un trabajador ese objetivo? Ese objetivo significa reforzar y ampliar la capacidad de explotación y de opresión de la clase capitalista sobre la clase obrera de nuestro país. Nunca podríamos nosotros tener solidaridad con una orientación que apuntaba en esa dirección. Nos desmarcamos absolutamente de ese movimiento y advertimos que sólo apoyaríamos una acción militar si la flota británica venía a la Argentina y había que luchar cuerpo a cuerpo contra el imperialismo británico. Y, efectivamente, los planes de la dictadura militar fracasaron: la Thatcher no quiso ninguna negociación, no aceptó ninguna concesión y hubo un enfrentamiento militar. Entonces nosotros, en ese momento, planteamos abiertamente -ya lo habíamos hecho el 2 de abril- que si eso ocurría, íbamos a apoyar la guerra de Argentina contra la flota británica. Esa fue la conducta revolucionaria que existió en aquella ocasión y que nosotros reivindicamos en la jornada conmemorativa del día de hoy. En una reciente entrevista por Malvinas, alguien me dijo: “Pero cómo ustedes podían apoyar a un loco, a un asesino y a un torturador”. Yo le contesté que jamás apoyamos a un loco, a un asesino y a un torturador, pero ¡qué felices que nos hubiera puesto que en los diarios figurara que un loco, un asesino y un torturador hundió a la flota británica en el Atlántico Sur, y no que una cuerda, una demócrata y civilizada Thatcher destruyó al Ejército Argentino y una guerra nacional, porque había un loco y un torturador que ellos habían puesto en el gobierno y del cual ellos son los responsables! (Aplausos).

La burguesía argentina, el imperialismo inglés

Esta es la orientación sistemática que la burguesía argentina presentó al revés. Todos fueron a Puerto Argentino. ¡Todos! Alsogaray, la UCR, todos fueron a Puerto Argentino a celebrar la ocupación y se dieron vuelta después. Recién me acaba de ocurrir un incidente de lo más interesante, porque nosotros siempre denunciamos cómo la UCR, a través de Raúl Alfonsín, había negociado con el imperialismo una retirada de Malvinas y concesiones políticas. Y recién me encuentro con la hija de Arturo Illia, que está presente acá, viendo toda esta manifestación. Entonces le dije: “Cuando propusieron que tu padre fuera presidente en sustitución del gobierno militar y retirarse de Malvinas”, ella me contestó: “No, esa fue una maniobra de Raúl Alfonsín”. Ya tengo anotada la fuente, si no fuera que podemos recurrir a los diarios de la época- que confirma la política traidora de los que después iban a presidir el retorno -entre comillas- democrático en la Argentina.

Este es el problema de la lucha nacional. Nosotros hubiéramos planteado, como lo hizo el Partido Obrero, como lo hicieron las fuerzas de izquierda revolucionaria en la Argentina, una lucha internacional. Había que llamar a la clase obrera británica a pelear contra el mismo verdugo. Acá está presente -y lo digo para todos los canales, no sólo para los que asisten a este acto- la BBC, y le pido a la BBC que transcriba integralmente la entrevista en la que llamo a la clase obrera británica y al movimiento nacional irlandés a luchar junto al pueblo argentino contra el mismo verdugo: el gobierno y el Estado británicos y el imperialismo inglés, que quiere que la crisis la paguen los obreros ingleses, que quiere que la crisis la paguen los pueblos oprimidos de Irlanda y los pueblos oprimidos del mundo entero (Aplausos).

La victoria de la Thatcher contra la dictadura -quiero recordarlo- fue un duro golpe para la clase obrera inglesa: reforzó el gobierno de la Thatcher y le permitió dos cosas a ella: derrotar la gran huelga minera de 1986 y destruir una columna del movimiento obrero británico, el sindicato minero, al cabo de un año de huelga. También le permitió cometer las mayores masacres contra el movimiento republicano irlandés y llevar a la muerte, en una huelga de hambre, entre vómitos y excrementos, a los jóvenes que estaban peleando por la independencia de Irlanda.Estos son hechos objetivos, hay una realidad objetiva que podría unir la lucha nacional argentina con la lucha del proletariado británico y con la lucha de los pueblos dominados por el imperialismo británico.

Malvinas en 2012

Compañeros: hoy, ¿qué situación tenemos? Hoy tenemos una situación peor que la de 1982. La crisis de este gobierno con referencia a Malvinas y al conjunto de los problemas asociados es más grave que la de Galtieri, porque en 1982 no era inminente la instalación de una plaza fuerte petrolera a 400 kilómetros del territorio argentino. Malvinas se va a convertir, como consecuencia de la ocupación imperialista, en una región tremendamente importante para la acumulación del capital y para el manejo de los recursos. La presión política que va a ejercer esta plaza fuerte sobre el Estado argentino va a ser intolerable, porque van a reclamar que la Patagonia argentina sea la base logística de esa plaza fuerte en Malvinas, dado que está nada más que a 400 kilómetros y forma parte del radio de explotación petrolífera en la región.

Es decir que el tema de Malvinas, que la burguesía argentina dice que quiere recuperar, se está transformando y se va a ir transformando en un tema de desintegración nacional, en un tema de desintegración del Estado argentino, en un tema de desintegración de la burguesía argentina.

Nosotros, como socialistas revolucionarios, tenemos que señalar esta perspectiva, porque solamente la clase obrera de Argentina -y solamente los socialistas revolucionarios- podemos poner remedio a esta situación mediante la conquista del poder político, la expropiación del imperialismo y la instauración del control y la gestión obreras en forma integral en la República Argentina (Aplausos).

¿De qué se jacta el gobierno? ¿Qué van a decir los del gobierno? “Una vez más esta ultraizquierda infantil no se da cuenta de que estamos uniendo a América Latina con la reivindicación de Malvinas”. Repite, como loro, lo que decía Galtieri, lo que decía Anaya y lo que decían los apologistas de la dictadura militar en la época. La unidad de América Latina está hecha pelotas en torno de este problema. El canciller Almagro -de Uruguay, del gobierno del Frente Amplio (donde está el partido Comunista y toda la centroizquierda uruguaya)- acaba de declarar que va a colaborar con Inglaterra en la explotación económica de Malvinas. Un mensaje similar vino de la Cancillería brasileña. La cuestión de Malvinas y la crisis del gobierno de Kirchner, lejos de lograr una unidad de la América Latina, está profundizando la división y la desintegración. Es una crisis política y yo reivindico para el Frente de Izquierda y para los partidos revolucionarios que lo componemos la tarea histórica de detener esta desintegración nacional mediante la toma del poder político y la formación de un gobierno de trabajadores (Aplausos).

El significado de un acto

Compañeros, para concluir, y a la luz de esta posición, quiero reivindicar fuertemente la decisión que hemos compartido con los compañeros del PTS de realizar este acto, porque hoy es una jornada de conmemoración política. Es decir que es una jornada de delimitación. Nadie nos está convocando a ocupar refinerías, yacimientos, minas, en una unidad de acción más amplia, concreta, práctica, que si nosotros rechazáramos, estaríamos traicionando los objetivos que decimos proclamar. Hoy hay que hablar claro: es una jornada para hablar claro y distinguirnos del nacionalismo de status privilegiado de la dictadura y de la burguesía, del nacionalismo pequeño burgués que apunta a desviar la atención de los problemas nacionales y de los problemas de la lucha de clases, de los problemas que enfrentan los trabajadores, para sentar nuestra posición, porque nosotros vamos a reconquistar Malvinas cuando gobiernen los trabajadores en este país y llamemos a los trabajadores británicos, a los trabajadores de Egipto, a los trabajadores de Afganistán, a los trabajadores de España, a todos los trabajadores de los países en donde el imperialismo británico mete sus garfios como piratas, así como a los trabajadores y la clase obrera mundial que lucha contra los intentos de descargar la crisis capitalista sobre ella. Los vamos a llamar a la unidad internacional para derrocar a los gobiernos que ocupan Malvinas (Aplausos). Esa lucha internacional es la salida al problema nacional.

¡Viva el Partido Obrero!

¡Viva el PTS!

¡Viva el Frente de Izquierda!