Antes de asumir en su cargo, precisamente el domingo 31 de julio, el superministro Massa, anunció en primerísimo lugar el congelamiento de la moratoria previsional (La Nación, 31/07).

Siguiendo en forma minuciosa los dictados del FMI y sus visitas, le da curso a la exigencia de disminuir de 8,5% a 8,1% del PBI el presupuesto previsional para cumplir con los compromisos de superávit fiscal (Ambito 26/06).

El nombramiento como secretario de Finanzas a Eduardo Setti, responsable de Operaciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de Anses, y de Lisandro Cleri en la mesa chica Banco Central, que son los responsables de llenar con “papelitos” de deuda en pesos la principal caja de los jubilados para asistir al Tesoro, completa el equipo. Estos verdaderos ladrones de los fondos jubilatorios son los encargados de ordenar las finanzas en base a mayores ajustes y penurias contra los que verdaderamente sostienen al Estado que son los trabajadores, los desocupados y especialmente los jubilados.

Massa se arroga el derecho a determinar que si la moratoria salida del Senado afecta el superávit fiscal que tiene que garantizar no le daría luz verde. Aún con la enorme trampa de ser un plan de pagos de deuda previsionales, por el cual el jubilado paga lo que sus patrones por tenerlo en negro no aportaron.

Esto, que es un ataque a los 742.000 mayores que pagando hubieran accedido a la jubilación (aunque son dos millones los que carecen de derechos jubilatorios), es un reiterado procedimiento en los momentos de crisis. Primero vienen por los jubilados. En lo inmediato suspenden la nueva moratoria, luego suspenderán la movilidad y luego viene el congelamiento de los haberes.

Sobre la movilidad correspondiente a agosto reina silencio de radio. La inflación, que no se tiene en cuenta en la fórmula, hace estragos en las jubilaciones.

Las organizaciones de jubilados vienen desarrollando un plan de lucha nacional: el 22 se ganaron las calles, antes en Salta se cortaron las rutas reclamando los servicios del Pami, en Córdoba se moviliza en defensa de su caja, y, este 3 de agosto, nuevamente se concentra en Plaza de Mayo y en todo el país.

Es el FMI o los trabajadores, desocupados y jubilados. Recibiremos en las calles a Massa y su gabinete de probados ajustadores y ladrones. Por aumento de emergencia y $120.000 de mínima. Por movilidad automática acorde a la inflación y a los sueldos. Por blanqueo de todos los trabajadores. Por la devolución de los fondos jubilatorios, la restitución de los aportes patronales. Por moratoria universal sin compra de años.

Vamos por la unidad de trabajadores ocupados, desocupados y jubilados. Por paro nacional y plan de lucha de la CGT.