Políticas

23/8/2007|1006

Juez perdió hasta el humor

Se borocotizó el juecista Giacomino

Hay un pacto de hecho entre Daniel Giacomino, candidato juecista a la Intendencia de Córdoba, y el delasotismo.


“Giaco” (un radical que Juez conchavó como viceintendente en 2003) se deslindó de la campaña juecista y empezó a hablar de la necesidad de una buena relación con el gobernador que sea elegido. Schiaretti le devolvió las “gentilezas”.


Este acuerdo ha planchado la campaña de Luis Juez. Pero sólo él es responsable de su derrumbe. Ha hecho el papel de “idiota” útil.


Juez se dio cuenta desde hace rato de la precariedad de su propio movimiento político; creyendo que con sus chistes y su verborrea se comía crudo al radicalismo y al justicialismo, fue viendo poco a poco cómo legisladores y funcionarios lo abandonaban para volver a sus orígenes. Entonces aumentó sus compromisos con la base patronal del delasotismo y la UCR. De la puteada contra Roggio por el agua, pasó a la contratación directa y corrupta por la basura; así ganó los elogios de Aldo Roggio y la Fundación Mediterránea. Llenó sus listas con candidatos patronales y prometió ministerios a todas las cámaras patronales de la provincia.


El juecismo ha despilfarrado la adhesión popular que lo convirtió en la primera fuerza política de la provincia.


Evidentemente, Juez no es la oposición y su suerte parece echada. La verdadera oposición a De la Sota está en el Frente de Izquierda y los Trabajadores. Esa oposición ha sido ejercida consecuentemente durante los 8 años de gobierno delasotista. Es ejercida en el impulso a la lucha del pueblo cordobés por sus reclamos, es ejercida a través de la banca legislativa en la Legislatura.


El 2 de septiembre votemos al FIT.