Políticas

20/8/2009|1096

Juicio oral a Pablo Heller: Triunfo

El resquicio legal que encontró la justicia para cerrar la causa contra Pablo Heller procura disimular un recule político. Si nos atenemos al plano estrictamente jurídico, la causa debió haber sido archivada hace tiempo.

La persistencia, sin embargo, en sostener un expediente de seis años atrás, y que había quedado reducido al cargo menor de desobediencia, pone aun más de relieve su intencionalidad política. Detrás del caso Sasetru no se estaba mirando para atrás, sino que estaban apuntando a la situación presente y con más razón al futuro inmediato dominado por el derrumbe industrial y la proliferación, como consecuencia de los cierres, despidos y suspensiones, de las ocupaciones de fábrica. El juicio a Sasetru era un tiro por elevación al conjunto de los trabajadores en lucha. Estas consideraciones realzan la victoria.

El reclamo de la absolución había arrancado una gran corriente de adhesión entre las “fabricas recuperadas”. A las adhesiones iniciales de Brukman, Zanón, Bauen, Arrufat, Impa, se fueron sumando otras decenas de lugares de trabajo. Los choferes de Ecotrans respaldaron con su firma masiva el pedido de absolución y su cuerpo de delgados se comprometió a estar presente el día del juicio. Un lugar destacado de la campaña lo ocupó la universidad: centenares de profesores se pronunciaron por la absolución y el decano de la Facultad de Sociales de la UBA, junto con representantes de la AGD (gremial docente) y de la Fuba, también se habían comprometido a hacerse presentes el día del juicio. Ya estaban avanzados los preparativos para levantar una gran tribuna de lucha en la primera jornada de sesiones, donde iban a tomar la palabra el conjunto de las delegaciones solidarias. La campaña también atrajo el apoyo de organismos de derechos humanos, de legisladores porteños y del conurbano; de senadores y diputados nacionales, algunos de los cuales también comprometieron su presencia para el juicio. No falta tampoco el apoyo internacional, como lo fuimos reflejando desde nuestras páginas.

Bajo estas condiciones, el juicio se convirtió en un brasa caliente que ni la jueza ni quienes lo instigaban políticamente estaban dispuestos o en condiciones de bancar.

No hay duda de que la marcha atrás en el juicio fue obra de esta acción popular. Pero, además, este recule se inscribe en la crisis de conjunto del régimen político.

La criminalización de la protesta social y en especial de las ocupaciones de fábrica es un punto en común del gobierno y la oposición sojera de Macri, el Acuerdo Cívico o De Narváez, pues todos coinciden en descargar el peso de la bancarrota capitalista sobre el pueblo y en la urgencia del retorno a “los mercados internacionales”, e incluso al FMI. Pero ese “retorno” tiene como condición retrotraer las condiciones laborales a la década menemista y eso es imposible sin poner a raya al movimiento obrero. El recule de Sasetru, sin embargo, coincide con la derrota del tarifazo. El primero es incomprensible sin el segundo. La transición política abierta el 28 de junio debuta rengueando, y se ha puesto en evidencia que si la oposición patronal pretende resolver los problemas sociales y laborales con el Código Penal o el contravencional va a sufrir un escarmiento, de la misma forma que lo  experimentó el oficialismo.

La clase capitalista quiere llevar sus propósitos hasta el final, pero se ve forzada a hacerlo con rodeos, por tanteos, aproximaciones sucesivas y marchas atrás. Nosotros, los trabajadores, tenemos que aprovechar sus vacilaciones y los golpes que le vamos propinando -como la victoria obtenida en Sasetru- para reforzar y apuntalar nuestra organización independiente y llevar al triunfo nuestras aspiraciones y necesidades, que cada día que pasa se revelan más incompatibles con el actual orden social capitalista responsable de la actual catástrofe social, laboral y ambiental que enfrentamos.

Agradecemos desde estas páginas a todos los compañeros, personalidades, organizaciones nacionales e internacionales que con su apoyo hicieron posible este triunfo. Dijimos de entrada: “Si gana Sasetru, ganamos todos”. Estamos ante un triunfo de todos los trabajadores.

Pablo Heller