Políticas

1/6/2021

escándalo

Jujuy: manejo despótico de la Legislatura, negociados y ajuste contra el pueblo

Suspenden a una legisladora por denunciar corrupción.

La semana anterior, la legislatura jujeña, que volvió a sesionar después de dos meses de inactividad, vivió un escándalo de alcance nacional que ha tenido poca repercusión por las connivencias entre Morales, Alberto Fernández y el PJ local. El caso es que el diputado Rubén Rivarola, presidente del PJ provincial, propuso suspender a Alejandra Cejas, diputada también del PJ (disidente de Rivarola) por denunciarlo de tener negocios entre sus empresas y el Estado provincial como son los ejemplos ya conocidos de Limsa (limpieza de la nueva terminal), la clínica Fátima o el centro de transferencia de cargas en Los Lapachos. Lo grave no es la interna Pejotista, que en Jujuy es noticia vieja, sino la aprobación de la suspensión de la diputada por 90 días, mediante el apoyo de todo el bloque radical oficialista, con aplausos incluidos hacia Rubén Rivarola. Este hecho gravísimo de perseguir y ¡suspender! a un parlamentario por ejercer una denuncia es el más grandilocuente, pero no el único por parte del régimen de Morales y el PJ. Vale recordar que hace un año no dejan asumir a Gastón Remy, legislador del Frente de Izquierda, cumpliendo con la rotación de banca que ya es tradición del FIT en todo el país. Como vemos Juntos por el Cambio que se desgarra los ojos por lo que sucede en Formosa, en las provincias donde gobierna utiliza los mismos métodos caudillistas y feudales que los gobernadores peronistas.

La legislatura: una escribanía del régimen a punta de pistola y a espaldas del pueblo

Si alguien se toma el trabajo de escuchar distintos discursos de Gerardo Morales siempre va a encontrar dos frases cliché: “en Jujuy se terminó la violencia” y “estamos poniendo la provincia de pie”. El gobernador radical, de esta manera, construye un relato frente a una provincia hundida en la pobreza, el desempleo y el temor a un nuevo colapso del sistema de salud. El régimen ajustador de Morales, con su relato “republicano” a cuestas, se apoya en los medios y la justicia local adicta, en Alberto Fernández con quien intercambian elogios que les sirve en las batallas internas de cada uno y principalmente en el PJ provincial de Rubén Rivarola con quien forman un prototipo de bipartidismo, cogobernando a través del parlamento, tejiendo negocios de empresas amigas con el Estado y ajustando contra el pueblo con la colaboración de la burocracia sindical pejotista.

La persecución política y los métodos feudales antidemocráticos del radicalismo y el PJ jujeño son la vía para utilizar a la legislatura como una escribanía del ajuste, el endeudamiento y los negociados capitalistas con los recursos del Estado. Fue esta legislatura, con los pactos PJ–UCR, la que le permitió a Morales tomar deuda por 400 millones de dólares para el proyecto “Cauchari” sin establecer plazos, ni intereses. Hoy los resultados están a la vista. Jujuy está al borde de un default con vencimientos enormes hacia 2022.

También aprobaron el presupuesto provincial 2021 de ajuste que recortó mil millones de pesos el presupuesto de salud y que condenó a los salarios estatales a la miseria. En febrero tuvieron un miserable aumento del 10%. Siendo justos, hay que decir que cuando se trata de ajuste y endeudamiento, las internas del PJ quedan a un lado y todas sus fracciones levantan la mano con Rivarola y los radicales.

Los negocios capitalistas mediante el pacto PJ-Morales son otra escena de la misma película. En la misma sesión que sucedía la suspensión de Cejas, se aprobaba la compra de un millón de dosis de Sinopharm con el visto bueno de Alberto Fernández. El proyecto, sin embargo, sostiene los acuerdos de confidencialidad con los laboratorios, no explica los tiempos y costos y deja abierta la puerta a privatizaciones para costear la compra. En definitiva es una nueva entrega de superpoderes al gobernador en un tema tan delicado como las vacunas.

Lo que nunca aparece en los legisladores oficialistas y del PJ son las necesidades populares más urgentes. Queda más que claro que es un régimen político que pacta contra el pueblo.

Ganemos las calles colocando la agenda de los trabajadores y apostando a una alternativa propia en las elecciones

La contracara de los negociados capitalistas que defienden tanto Morales como el PJ es la creciente miseria social que atraviesa la clase trabajadora de la provincia. En el último año se perdieron 4 mil empleos, aumentó la precarización laboral, el cuentapropismo, la desocupación y cada vez más trabajadores ocupados caen en la línea de la pobreza. A esto se le agrega la pandemia que golpea a los trabajadores frente a la falta de vacunas y el negacionismo criminal del gobierno.

Solo la movilización popular puede poner en la agenda los reclamos de los trabajadores. Es necesario poner en pie asambleas en los lugares de trabajo, en las escuelas y en los barrios que impulsen medidas de lucha por protocolos obreros frente al covid19, la defensa de las condiciones laborales y todos los reclamos urgentes. El rechazo al ajuste y al régimen que gobierna a espaldas de los intereses del pueblo también hay que mostrarlo en las elecciones. Morales y el PJ buscan atravesarlas como si nada sucediera, tratando que se delibere lo menos posible. Contrario a eso, el Partido Obrero llama a los trabajadores a intervenir en las elecciones defendiendo un programa propio de independencia política que está expresado en las listas del Frente de Izquierda Unidad.