JUJUY

Oficialistas y opositores unidos

Para subsidiar a los pulpos tabacaleros

Terminada la disputa con el agro, en Jujuy los diputados hicieron las paces para defender en común, junto a los productores y acopiadores (Massalin Particulares y Cooperativa de Tabacaleros), un proyecto de ley de actualización del FET (Fondo Especial del Tabaco). Atrás quedaron las denuncias de los radicales de que el FET seria una “Banelco II” para hacer aprobar la ley de retenciones.

Entre los argumentos utilizados para defender el reclamo están la importancia del tabaco como principal actividad económica en la provincia, que ocupa en forma directa 25.000 personas entre siembra, desflore y cosecha manuales. El tabaco utiliza 40 trabajadores por hectárea (a diferencia de la soja, que sólo utiliza un trabajador cada 5 hectáreas). También señalaron el aumento de  los agroquímicos, los y fertilizantes y el transporte.

La senadora jujeña Fellner (junto con el misionero Viana) propuso, además, reducir las retenciones a la exportación de tabaco (del 10 al 5%) y que se duplique el reintegro a la exportación de productos del tabaco. Esta petición es apoyada por Salta, Tucumán, Corrientes, Catamarca y Chaco.

Este pedido del FET significa 140 millones de pesos para las provincias tabacaleras, que recibirían del impuesto que pagan los que fuman. En un tiempo el FET conformaba el 12,9% del precio; hoy representa el 0,1%.

El ingreso de la producción tabacalera jujeña al mercado chino trajo aparejada una mayor concentración de tierras y explotación, del que se beneficiaron los oligopolios como Massalin Particulares y la Cooperativa de Tabacaleros. Dos compradores y muchos oferentes: los más pequeños son cautivos de los precios fijados por los compradores. Los beneficiados con el FET son, en general, los grandes, ya que los pequeños no cumplen con requisitos solicitados.

Defienden a la agroindustria más negrera de la provincia. Por eso no mencionan a los trabajadores. El jornal es de 40 a 45 pesos: un total de 1.000 pesos y moneditas por mes, que se aumentan con la “labriega familiar” (como llaman jueces, políticos y patrones a la explotación infantil). Hasta se atreven a defenderla como una “forma de cultura”. Los defensores del FET no dicen nada acerca de que el 85% de los trabajadores tabacaleros está en negro. Tampoco dicen nada del hacinamiento y de las enfermedades laborales, comprobables en el Hospital Pablo Soria y zonales, cuyas salas masculinas se abarrotan en gastroenterología e infectologia, con afecciones y tumores de todo tipo.

Planteamos:

– Un FET bajo control de los pequeños productores y trabajadores.

– Impuestos progresivos a las grandes acopiadoras.

– Nacionalización de los monopolios exportadores y agroindustriales y financieros.

– Nacionalización del comercio exterior y la banca.

– Anulación de la ley videlista del peón rural.

– Salario igual al costo de la canasta familiar bajo convenio del obrero del tabaco.