Políticas

16/4/2020|1589

Juntos por el Cambio, por más deuda con el FMI

En una nota elevada a Alberto Fernández, la cúpula de Juntos por el Cambio insta al gobierno a “iniciar conversaciones con los gobiernos de los países que integran el Club de París con el propósito de obtener una prórroga de las deudas con las instituciones oficiales acreedoras de esas naciones”.


Este reclamo no es inocente. El vencimiento con el Club de París es una cuota del próximo mayo, de 2.000 millones de dólares, pactada por Kicillof cuando era ministro de Economía. Recordemos, una deuda que vino creciendo desde la dictadura. El único propósito del macrismo, que juntó a todas sus cabezas para esta petición, es poder acusar después al gobierno de que no negoció a tiempo para postergar el pago. Pero son partidarios del reconocimiento integral de esta deuda ilegítima, si las hay, de la época de Martínez de Hoz.


La factibilidad de esta postergación no es para nada sencilla. Las naciones que integran el Club de París están en aprietos gigantescos, entre ellas Francia, España y otras. Por lo que sería muy difícil reunir una posición unánime, cuando en Europa se sacan los ojos por el financiamiento de los paquetes nacionales por medio de eurobonos, de tipo comunitarios, que Alemania, Holanda y otros no quieren habilitar. Esta negativa ha llevado los endeudamientos nacionales de los países más afectados a porcentajes astronómicos de sus PBI.

Por parte del gobierno de Alberto Fernández hay silencio de radio en este punto. Sólo hemos conocido el reperfilamiento compulsivo de la deuda en dólares con jurisdicción local, pero sin quita alguna, hasta el año que viene. El movimiento no impidió que el riesgo país siga flotando en los 4000 puntos. Para las exiguas reservas del Banco Central, que ya se gastó los 4.500 millones de dólares habilitados por la mega ley de emergencias, el pago al Club de París se trata de un saqueo que acerca al Central a la insolvencia.


Más adelante, en la misma misiva al Presidente, JxC dice “nuestro país debe ser parte activa y socio leal en las tratativas que se desarrollarán con vistas a la ampliación de las facilidades de emergencia, al aumento y redistribución de los DEGs (Derechos Especiales de Giro) del FMI y a permitir que el Fondo amplíe y multiplique los swaps de monedas, en línea con los que han puesto en marcha banco centrales de los países desarrollados”.


Esto completa el cuadro. Abogan para que demos otro salto gigantesco en el endeudamiento, mediante desembolsos de facilidades extendidas o por medio del crédito en Derechos de Giro, la moneda del FMI. Efectivamente, trascendió hace pocos días una negociación secreta (sitio Maxi Montenegro) por unos 3.000 mil millones de dólares con el FMI.


Pero, claro, serían para no caer en default y garantizar los pagos de deuda hasta fin de año, mientras se produce la postergación de la reestructuración. O, en su defecto, para seguir pagando la deuda (entre ellos al Club de París y al FMI), aún cuando se llegara a un acuerdo o aún cuando se entrara en un segundo default selectivo, también con la deuda en dólares bajo jurisdicción extranjera. Lo que de cualquier modo dejaría a Argentina fuera definitivamente del mercado de deuda para la nación, las provincias y las corporaciones.


En ese caso, habríamos llegado al default después de haber pagado más de 200 mil millones de pesos (y una cifra muy superior ha sido refinanciada a tasas siderales) y 4.000 millones de dólares desde que asumió el gobierno y ya en medio de la pandemia con la economía semiparalizada y los trabajadores pasando miserias y con un sistema sanitario que está muy lejos de estar preparado para la ola de contagios.


El no pago de la deuda impulsado por el Partido Obrero y el FIT abarca a toda la deuda, con todos los bonistas, con el Club de París y con los organismos multilaterales, en pesos y en dólares, de jurisdicción local y extranjera. Con la sola excepción de los bonos en manos de la Anses. Esta cuestión, junto al impuesto progresivo a las grandes rentas y fortunas se va transformando en una cuestión de vida o muerte. Juntos por el Cambio acompaña desde la derecha la política de entrega al FMI y es socio en la bancarrota nacional, por eso aboga con el lobby patronal por la salida cuanto antes de la cuarentena: para salvar el edificio capitalista y sus especuladores y banqueros, aún a costa de la salud del pueblo argentino.