Un día después de que Alberto Santillán, el padre de Darío, lo denunciara por no haber cumplido con su promesa de abrir los archivos de la Side y poco más de 12 horas después de que un militante de H.I.J.O.S. lo escrachara en un acto en Morón por el mismo motivo, Kirchner hizo anunciar con “bombos y platillos” que firmaría un decreto para abrir los archivos de la Side.

Aunque el decreto no había sido hecho público, todos los alcahuetes del arco centroizquierdista lo festejaron como “un paso más contra la impunidad”. Alberto Santillán y Vanina Kosteki, por el contrario, plantearon sus reservas.

El decreto 538/2005 dispone, en su parte resolutiva, “la apertura de los archivos de la Secretaría de Inteligencia de la Presidencia de la Na ción” e “instruye a su titular para que ponga a disposición del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7, del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, en la causa Nº 1423/7, toda aquella documentación o información que pudiera existir en ese organismo, relativo a los hechos acaecidos el día 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón de Avellaneda, en los que perdieron la vida los ciudadanos Maximiliano Kosteki y Darío Santillán…”.

Al igual que en el caso Amia, las partes querellantes, representantes de los familiares, no tendrán acceso al material. La información será entregada al Tribunal para su manejo discrecional, teniendo en cuenta su “alta sensibilidad”.

Lejos de satisfacer la exigencia del acceso a los archivos de la Side de todos los ciudadanos y organizaciones afectados por la masacre de Avellaneda, el decreto es un nuevo “bluff” del gobierno K.

Una “segunda Amia”, como denunciaron los familiares.