Políticas

24/6/2021

Kicillof anticipa la entrega a los bonistas buitres de la provincia de Buenos Aires

Después del pago de 430 millones de dólares al Club de París.  

Alberto Fernández y Axel Kicillof participaron de la apertura del 48° Congreso Nacional Bancario junto al secretario general de la Asociación, Sergio Palazzo. Kicillof elogió efusivamente a Martín Guzmán, ministro de economía del gobierno nacional, y se sacó la foto de “unidad” con el presidente apurado por las encuestas electorales desfavorables. El gobernador no se anduvo con chiquitas cuando calificó el accionar del ministro Guzmán como extraordinario con el “sector privado y los organismos financieros internacionales”, refiriéndose al pacto colonial con los fondos buitres y a las “negociaciones” con el FMI y el Club de París. La declaración de amor del “Kici” no pasó desapercibida, sobre todo teniendo en cuenta que a principios de junio Guzmán lo conminó a cerrar el canje con bonistas del Comité de acreedores de la provincia.

En juego está el canje de más de 7.000 millones de dólares y la exigencia de un pago cash por los intereses vencidos para levantar o postergar la amenaza de default. Kicillof le tira flores a Guzmán, después de que el gobierno nacional gatillara 430 millones de dólares al Club de París, desnudando el fraude de los kirchneristas “duros” que publicaron la Carta del 25 de Mayo bajo el lema de “primero la salud, después la deuda”.

La función de los Zaffaroni, de Fernanda Vallejos, Roberto Baradel y Pablo Moyano es hacer demagogia para buscar el voto por izquierda a un gobierno pagador serial de deuda. Kicillof sabe de lo que habla: a deuda fraudulenta con el Club de París tiene su origen bajo la dictadura genocida y él mismo la renegoció de manera leonina cuando fue ministro de economía de Cristina, incrementando el capital en un 50% y al costo de intereses usurarios.

El lisonjeo al ministro albertista anticipa su propia capitulación ante los bonistas buitres que ya se aseguraron beneficios extras por 1800 millones de dólares por encima de la oferta original formulada por el gobierno bonaerense. La llamada “oferta sustentable”, apoyada por las burocracias sindicales kirchneristas de Suteba y Ate, la CGT, los movimientos sociales oficialistas y los izquierdistas disueltos en el Frente de Todos, se fue desinflando al compás de las mejoras (entregas) sucesivas introducidas en los acuerdos de confidencialidad. El Comité de acreedores de la provincia mete más presión después del compromiso de pago de “buena voluntad” de los 430 millones de dólares al Club de París: al igual que la brutal reducción del déficit fiscal, la deuda externa se paga con el ajuste a los trabajadores.

La encuesta nacional del Observatorio Social de la Universidad Católica es una radiografía de la miseria social y de las verdaderas prioridades del peronismo gobernante. Primero los parásitos de la deuda externa cuyo pago es considerado como cuestión de estado. Bajo la pandemia, el 64% de los niños pasó a ser pobre, el 34,3% padece inseguridad alimentaria y la pobreza infantil en el conurbano se disparó al 75%. El informe del Indec correspondiente al segundo semestre del 2020 eleva el porcentaje de pobres en el conurbano bonaerense al 51%, entre quienes se encuentra una franja creciente de asalariados en blanco. Las multitudinarias movilizaciones del Polo Obrero y las organizaciones piqueteras son una respuesta de masas a esta masacre social.

El pasado 18 de junio venció el decimonoveno plazo fijado para el canje de los bonos provinciales. Esta deuda externa, que asciende a 12 mil millones de dólares es de corto vencimiento y fue reconocida integralmente por los “nacionales y populares” de Cristina y Axel. Eliminada la quita de capital, elevado el precio de los cupones, y disminuida la vida promedio de los bonos, el Comité de acreedores exige un pago a cuenta para suspender la ejecución judicial en los tribunales de Nueva York y la declaración del default. También quiere granjearse un acortamiento en los tiempos de repago para comprometer directamente al gobierno de Kicillof. En la definición de una lista de “unidad” del peronismo juegan fuerte las presiones para una rápida capitulación que saque la amenaza de cesación de pagos de la campaña electoral. Éstas vienen del gobierno nacional, de los candidateables para las legislativas, y tienen en la oposición derechista de Juntos por el Cambio y la “vereda del medio” de Randazzo a dos lobistas directos.

No son las únicas presiones de los capitalistas. A la próxima reunión con los gobernadores, entre éstos Kicillof, la Mesa de Enlace llevará la exigencia de una apertura total de las exportaciones agropecuarias bajo amenaza de medidas de fuerza. Mientras cae el consumo popular por el hundimiento de los salarios, las jubilaciones y un desocupación en el conurbano que está en el tope de la tabla, el gobierno provincial informó que las exportaciones de la provincia de Buenos Aires registraron en lo que va del 2021 el mejor cuatrimestre de los últimos ocho años con una suba de las manufacturas de origen agropecuario del 42% y de 17% de productos primarios. También subió la exportación de manufacturas de origen industrial, sin que esto redunde en un aumento de la ocupación o de los salarios. Por el contrario, el frigorífico Arrebeaf cerró en acuerdo con la burocracia sindical de la carne despidiendo a mil trabajadores. Necesitado de dólares, el peronismo se debate entre el aumento inflacionarios del precio de los alimentos en el mercado interno y las necesidades de divisas para el pago de la duda.}

El Congreso Nacional de la Asociación Bancaria fue también el escenario de otras definiciones en campaña electoral. Palazzo, secretario general del sindicato, anunció que en los próximos días va a elevarse a la Legislatura bonaerense un proyecto de ley que tiene como fin “recuperar el 82% y el método de haber jubilatorio como era antes de la sanción de la ley 15.008” .

El dirigente de la Bancaria se refiere a la antiobrera ley provincial votada en diciembre del 2017 que modificó el régimen previsional del Banco Provincia: aumento de la edad jubilatoria de 60 a los 65 años y disminución del 82% al 70% el porcentaje del sueldo activo que debe cobrar un jubilado bancario. Este golpe de Vidal tuvo entonces objetivos más vastos como la liquidación del Instituto de Previsión Social de la provincia ( IPS) – que no prosperaron por la resistencia de los trabajadores. Como sea el IPS es un agujero negro del que se sirven todos los gobiernos, incluido el de Kicillof, para financiar a los capitalistas a expensas de los aportes jubilatorios.

Sergio Palazzo, alineado con Fernández y Kicillof, se propone recuperar por la vía legislativa lo que no defendió con la lucha en todos estos años. La restitución de los derechos jubilatorios, que reclaman los bancarios del Provincia , están sujetos a las negociaciones en la legislatura y a un senado provincial con mayoría de Juntos por el Cambio. Es decir que son de resultado impreciso y condicionados al toma y daca propio de la campaña electoral. En el medio están las garantías de ajuste que exigen los bonistas, incluidas las presiones para que el estado provincial “armonice” el IPS con la Anses para rebajar los haberes jubilatorios, desligarlos del aumento de los salarios y reducir el déficit fiscal. La reconquista del 82% y la defensa exige un plan de lucha que está por fuera del horizonte de Palazzo y de todas las burocracias sindicales.

El Partido Obrero hará de la campaña electoral del Frente de Izquierda Unidad una tribuna para impulsar la lucha y organización por el salario y las jubilaciones, denunciando el congelamiento de las paritarias a la medida de los bonistas usureros y del ajuste fiscal. La lucha obrera es inseparable de la delimitación con el kirchnerismo ajustador y de la recuperación de los sindicaros, cuyas direccione están integradas al gobierno. No al pago de la deuda externa. Por un Congreso del Frente de Izquierda Unidad para potenciar la movilización popular, política y electoral. Vamos con el Partido Obrero y el Frente de Izquierda Unidad.