Políticas

30/10/2019

Kicillof gobernará un volcán

Balance de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires

La fuerte derrota de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires ha sido determinante en el resultado general de la elección nacional. Kicillof se alzó con un triunfo que, a diferencia la presidencial, mantuvo la distancia que ya se había establecido en las elecciones primarias.


El impacto de la crisis


El cuadro de fondo que operó en este resultado es el impacto de la crisis en el territorio bonaerense. Las masivas barriadas obreras y populares que sufren el ajuste, los cierres de fábricas, el ataque a sus condiciones de trabajo y de vida, el aumento de la pobreza,  se pronunciaron por el retorno del PJ-kirchnerismo en el país y en la provincia con la expectativa en una salida capitalista de la mano de una mayor intervención del Estado frente al descalabro generalizado de la economía. La unificación de todas las variantes del PJ bonaerense en las listas del Frente de Todos sumó a todas las camarillas distritales en las principales categorías, luego de las pujas en las Paso. Por derecha, también sumó al aparato del massismo, que había sido el principal soporte peronista del gobierno de Vidal.


La gobernadora culminó derrotada como consecuencia de haber convalidado todos los requerimientos del acuerdo con el FMI en la provincia. En el mismo momento en que los tironeos por la caja entre la Nación y las provincias parecía encaminarse en favor de Vidal, que recibía una millonaria compensación por el tan mentado Fondo de Resarcimiento del Conurbano, el gobierno nacional trasladó la carga de los subsidios a las empresas privatizadas de servicios a la caja provincial. Los recursos que podían permitir a la gobernadora motorizar el negocio de la obra pública y comandar un “reparto” entre los intendentes, quedó sepultada por la crisis. Vidal ensayó un frente común con los intendentes del PJ para extorsionar al propio Macri en reclamo por más fondos, pero culminó rápidamente en el acuerdo de proceder a un agudo ajuste en la provincia.


Así, Vidal logró un pacto fiscal con los municipios que se adecuaron a un déficit cero, desarrollando un fuerte ajuste en sus presupuestos y multiplicando las tasas municipales. Al mismo tiempo, aumentó la deuda provincial en cuatro años unos u$s3.000 millones, totalizando u$s12.000 millones que colocan a la provincia en el límite del default. A diferencia de Larreta en la Capital, Vidal no pudo ni siquiera mostrar cambios cosméticos en la provincia.


La gobernadora cerró su campaña en Platense abandonando el color amarillo, lo que abre una incógnita sobre su rol futuro en el PRO. Su política después de las Paso fue habilitar los cortes de boleta por parte de intendentes que habían perdido, como mostraron los resonantes casos de La Plata, Lanús, Tres de Febrero y Mar del Plata, donde Cambiemos retiene importantes municipios. Eso le permitió explotar las contradicciones internas del peronismo bonaerense que afloraron entre agosto y octubre, como en la capital provincial donde ostensiblemente un sector del peronismo no sólo no hizo campaña por Saintout, sino que llamó a votar a Garro, de Juntos por el Cambio.


A nivel intendencias, se reprodujo en algunos casos la enorme polarización del tramo presidencial. Un ejemplo es Bahía Blanca, donde el intendente de Cambiemos, Héctor Gay, había que quedado en las Paso apenas 2 puntos por encima del candidato del PJ, Federico Susbielles (39 a 37%), mientras que en las generales Gay alcanzó el 50% contra el 40% del Frente de Todos. El Frente de Izquierda-Unidad, que había alcanzado en el distrito un 5,4% en agosto, retrocedió al 3,24% producto de esta hiperpolarización. La remontada de Vidal en el interior agrario le valió a la ahora oposición -en caso de mantenerse como un único bloque- tener mayoría en el Senado provinical y un fuerte peso en Diputados (43 escaños contra 45 del Frente de Todos).


La campaña y la elección del Frente de Izquierda-Unidad


El peso fuerte de la campaña del FIT-U en la provincia cayó en la militancia del PO. Pusimos el eje en la denuncia del ajuste de Vidal y el FMI y el compromiso de la oposición peronista en todas las medidas  contra los trabajadores, en particular del massismo que cogobernó la provincia con Vidal. Denunciamos el quebranto de las cuentas provinciales y la política de ataque a los docentes y trabajadores de la salud y la educación, con sus consecuencias como las muertes de Sandra y Rubén tras la explosión en la Escuela 49 de Moreno. Al mismo tiempo, polemizamos con la campaña de Kicillof que recorrió la provincia dándole garantías a los capitalistas de la ciudad y el campo en concurso con la política del “pacto social” en favor de las patronales de los principales centros industriales de la provincia, y en detrimento del salario y el conjunto de las condiciones de trabajo.



Kicillof llegó a dar garantías de no aumentar retenciones a Carbap (“por ahora no las podemos bajar”) mientras nosotros propusimos impuestos progresivos a las rentas y fortunas. Desenvolvimos un programa obrero y socialista, planteando la investigación y no pago de la deuda provincial y la ruptura con el FMI, la necesidad de reabrir el conjunto de las fábricas cerradas por la crisis y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Al mismo tiempo, llamamos a la organización de la clase obrera en forma independiente a la burocracia y el Estado, levantando la consigna del congreso de delegados de base del movimiento obrero para establecer una salida de los trabajadores a la crisis. Acompañamos a los familiares de la masacre de San Miguel del Monte, incluyendo una audiencia pública con Romina Del Plá en el Congreso, denunciando que Vidal no sólo no acabó con las mafias de los aparatos de seguridad sino que adscribió a la doctrina Chocobar de Bullrich, y también a la intendenta massista -que fue consagrada por el dedo del PJ- por su responsabilidad política en el crimen y el encubrimiento.


Sin contar con la candidatura a gobernador, la campaña del Partido Obrero se desarrolló planteando estos problemas estratégicos. Colocamos la campaña de Néstor Pitrola a diputado nacional como expresión de este programa de fondo. En el último tramo, al advertir la fuerte polarización, acentuamos la denuncia de las candidaturas reaccionarias y celestes de los adversarios en las listas de diputados: Ritondo, Camaño y Massa, tres capitostes de la derecha peronista.


A pesar del retroceso entre las Paso y las Generales en las principales candidaturas ejecutivas, la lista de diputados nacionales supera en algunos miles de votos a los obtenidos en las Paso. Esto sucede por un corte de boleta en favor de Pitrola del 33%, más que duplicando el corte de 2015. El resultado final se encuentra todavía abierto, aunque todo indica que estaremos apenas por debajo del piso proscriptivo del 3% del padrón electoral (376.000 votos) para lograr la banca. La campaña realizada por Romina Del Plá en la fórmula presidencial jugó también un gran papel en la provincia junto a Néstor, Nora Biaggio y el conjunto de los compañeros del Partido Obrero que formaron parte de las listas del Frente de Izquierda – Unidad.


Hemos desarrollado una campaña junto a cada lucha de la clase obrera, como la de los compañeros de Kimberly Clark que ocupan la fábrica en defensa de sus puestos de trabajo, la del masivo Polo Obrero de la provincia, las luchas del Sutna, de los Sutebas combativos, las movilizaciones de las mujeres y la juventud. La campaña militante nos deja un salto en las filas del partido. Indudablemente, esta votación será un piso de reagrupamiento para enfrentar el convulsivo período político que se avecina.