Políticas

22/2/2007|981

Kirchner en la nueva guerra de Bush


“Estados Unidos desplegó otra flota naval frente a las costas de Irán”, tituló Clarín el miércoles pasado.


 


“Es la mayor fuerza desplegada desde la guerra de Irak…; incluye escuadrones de aviones, helicópteros y más de 6.000 hombres”, agregaba la información.


 


¿Hace falta decir que un ataque norteamericano a Irán sumirá al mundo en un caos mayor de masacres y de guerras, y que agravará considerablemente las pésimas condiciones de vida de las masas?


 


Sin embargo, ni Kirchner ni la Cancillería de Argentina han abierto la boca para denunciar la agresión y el peligro que entraña.


 


Todo lo contrario.


 


Argentina no solamente forma parte del contingente de ocupación militar de Haití que se estableció para relevar de esa tarea al ejército norteamericano que necesitaba las tropas para Irak.


 


La imputación sin pruebas del atentado a la Amia a Irán y el pedido de extradición de numerosos funcionarios de su gobierno, por parte del gobierno argentino, forman parte de las piezas de provocación de Bush para justificar una agresión a Irán, que podría tener un carácter atómico.


 


“Irán, en el trasfondo de la gira”; así como sintetizaba La Nación (10/2) la presencia del Nº 2 del Departamento de Estado norteamericano, Nicholas Burns en la Argentina.


 


“Espías argentinos, con más fácil acceso a países musulmanes, derivan también información a la CIA norteamericana”, relataba un día después Joaquín Morales Solá en el mismo diario.


 


En Venezuela, Kirchner ha ido a oficiar de “mediador” entre el ‘lobby’ sionista de ese país y Chávez con el único objetivo posible de ‘poner en caja’ a Chávez, que ha criticado las agresiones sionistas en Medio Oriente.


 


Kirchner no condenó en ningún momento la masacre de junio pasado cometida por el estado sionista contra el pueblo de Líbano; su representante en el Consejo de Seguridad votó en línea con el embajador norteamericano.


 


Los argentinos corremos el peligro de que Kirchner nos lleve aún más lejos que Menem en la política de seguidismo a los planes bélicos del imperialismo yanqui.


 


Ante la provocación militar atómica de Estados Unidos e Israel contra los pueblos de Irán y el peligro de extensión de la guerra imperialista en Medio Oriente, llamamos a la movilización popular y a convertir la lucha contra el sometimiento del gobierno nacional a los planes militares de Bush en un punto fundamental de la agenda de propaganda y de agitación en la campaña electoral.