Políticas

9/6/2005|903

Kirchner pilotea un golpe “institucional” en la ciudad

Por una Constituyente soberana

Si tanto se insiste en que Ibarra debe renunciar o en que la Ciudad será intervenida es porque a algún poderoso le interesa que esa versión se cristalice.” Elíptica, La Nación (7/6) informaba así a sus lectores que el gobierno kirchnerista estaba al frente de la campaña para voltear a Aníbal Ibarra. Sin los medios políticos para imponer una intervención federal, Kirchner pretende avanzar a través de intrigas y conspiraciones; cuando Ibarra le ofreció al gobierno nacional el control del gabinete porteño, a cambio de su continuidad, Alberto Fernández “le respondió que no sería suficiente y… le preguntó si no había pensado en renunciar” (Verbitsky, Página/12, 5/6). Para “plebiscitarse” por medio de elecciones, Kirchner necesita recurrir al método golpista.


Cromañón


La conspiración kirchnerista en la Capital se anticipa a una posible indagatoria o procesamiento de Aníbal Ibarra. Las nuevas denuncias contra funcionarios incluyen a numerosos “transversales”. Es el caso del empleado que quemó pruebas en la noche siguiente a Cromañón, el cual responde a Gustavo Torres, jefe de Verificación y Control y “hombre” de Alberto Fernández. La cúpula de los inspectores reconocía el padrinazgo de Vilma Ibarra, quien encabeza el lote de ex ibarristas que se han pasado al kirchnerismo. Las investiga ciones han revelado también que el sistema de coimas, encubrimiento e impericia tuvo otro de sus vértices en la Policía Federal, bajo control de Aníbal Fernández. El gobierno nacional necesita colocar “en caja” esta catarata de denuncias para protegerse a sí mismo. El golpe “K” en la Ciudad es una operación de encubrimiento de la causa Cromañón.


Macri


Macri les ha dado crédito a los rumores de intervención del gobierno con el propósito de recolocar en la agenda la caída de Ibarra. Macri está trabajando activamente para esto a través de la comisión investigadora legislativa. La comisión impulsará la vía “institucional” para el derrocamiento de Ibarra por medio del juicio político. La caída “institucional” de Ibarra serviría para colocar la transición política en manos del duhaldista Telerman o, si éste también renunciara, del macrista Santiago de Estrada, el hombre del clero que preside la Legislatura. La Legislatura, sin embargo, ha cogobernado con Ibarra y no tiene autoridad. Hay que echar a Ibarra, disolver la Legislatura y llamar a una Constituyente.


Asamblea Constituyente


La crisis de la Ciudad pone de relieve las bases golpistas del plebiscito que pretende Kirchner. Para los Kirchner y los Macri se dirime el control del fabuloso botín de la Ciudad: el negociado de los nuevos subtes, la privatización definitiva del Banco Ciudad, los juegos de azar y los peculados inmobiliarios.


Ibarra se tiene que ir, pero no para que vengan Kirchner, Macri y sus mafias capitalistas. Planteamos una Asamblea Constituyente, que juzgue a los Ibarra y a sus cómplices transversales y reorganice a la Ciudad sobre nuevas bases sociales. Una oposición consecuente a este golpe mafioso exige organizar una alternativa obrera y socialista. Por eso llamamos a votar al Partido Obrero en octubre y a luchar por un Frente de izquierda y de los luchadores en la Ciudad y en todo el país.