Políticas

4/5/2006|944

Kirchner y Busti mienten

El cese del corte favorece a Botnia


Finalmente, se levantó el corte sobre la Ruta 136, paso fronterizo a Uruguay. El gobierno era el único interesado en el levantamiento y esgrimía que favorecería la presentación ante el Tribunal de La Haya. Kirchner aprovechó que el corte, después de más de 90 días, tenía un lógico desgaste. Busti “operó” en la asamblea con gente propia, esto luego de la patota que envió para levantar el corte de Colón.


 


Cómo se da


 


La asamblea sesionó con cerca de mil asambleístas. Tenía el precedente de una asamblea muy dividida el 21 de abril. En esta nueva oportunidad se notó un intenso trabajo previo para cifrar expectativas en la Corte de La Haya.


 


Los abogados de la asamblea, en íntimo contacto con la Cancillería Argentina, intervienieron haciendo una apología de la presentación y alertando por sanciones económicas. Es decir, asustaron a los asambleístas con el Mercosur y La Haya. De la impresionante movilización del día previo no se dijo una sola palabra.


 


Luego se pasó a las propuestas: de doce, devienen en cuatro. Tres plantearon levantar en distintos momentos y la restante seguir con el corte hasta el 8 de mayo y realizar nueva asamblea. Quienes coordinan primero hicieron votar sí o no al corte, lo que enardeció a los defensores del corte y desordenó la asamblea. Por escaso margen triunfó el levantamiento y los partidarios del corte se retiraron. Después se decide levantar a partir del 2/5 a las 14 hs. Los insultos y todo tipo de acusaciones al coordinador fueron lo único que se escuchó.


 


Lo que está en juego


 


¿Se puede confiar en La Haya y en las denuncias ante el Mercosur?


 


Para nada. La Haya es una Corte Internacional de Justicia manejada por los países imperialistas. La Haya denegó el pedido de Nueva Zelanda, en 1995, para que se suspendiesen los ensayos nucleares franceses en la región. Estamos ante un negociado en gran escala para producir pasta celulósica con capitales finlandeses y españoles, por ahora, y suecos, estadounidenses, canadienses, etc., etc, después.


 


La Haya demorará hasta seis meses o un año para resolver la medida cautelar de paralizar las obras. En ese tiempo Botnia estará muy cerca de empezar a poner en funcionamiento su planta en Fray Bentos. Además, la Corte Internacional sólo puede accionar contra los Estados, en este caso el uruguayo. Si resolviera la medida favorablemente a Argentina, le pediría al gobierno de Tabaré que haga paralizar la construcción de las plantas. Ya tenemos sobradas muestras de que su gobierno no consiguió que Botnia pare 90 días.


 


Además de esta medida cautelar está la denuncia por incumplimiento del Tratado del Río Uruguay; para resolver esta cuestión se habla que pueden tardar entre tres, cinco y hasta 10 años. Nada más que decir. El reclamo ante La Haya tiene un solo motivo: conseguir la desmovilización de los heroicos piqueteros de Gualeguaychú y hacerlos levantar el corte.


 


Otro argumento, recurrentemente esgrimido por los defensores del levantamiento, es que una causa en el Tribunal de La Haya asustará a los capitalistas que financiarán las obras y éstas quedarán huérfanas de capitales. Esto es concebir al mundo “año verde”, ya no sólo a la Argentina. Capitales son lo que sobran en el mundo para financiar obras con altísimas rentabilidades, que en un año y medio o dos permiten recuperar el total de la inversión, más allá de cuál sea su situación frente a la Justicia.


 


Lo del Mercosur tiene aún menos identidad. El gobierno de Tabaré maniobra para viabilizar los tratados bilaterales con Estados Unidos; al menos es lo que busca en su actual visita a Bush.


 


Rápidamente los asambleístas de Gualeguaychú deben sacar sus conclusiones; la única esperanza es la herramienta de lucha que ellos han construido: el corte. A eso debe volverse.


 


 


Gualeguaychú, 1/5