Políticas

7/12/2015

La AFA o el “cambio” como continuidad


El episodio bochornoso de la votación en la AFA, envuelta en votos dobles, amenazas y extorsiones más o menos públicas, fue presentado como una historia de mafiosos de diversa calaña. Sin embargo, la crisis que se desató en los pasillos, las urnas y hasta los baños de la AFA terminó zanjándose en ámbitos más jerárquicos y distinguidos.


Horas después del ‘empate' entre Segura y Tinelli, nada menos que el presidente electo Mauricio Macri tomó la decisión de desempatar: en la mesa de Mirtha Legrand, el hombre se definió por “el cambio” y le puso nombre y apellido: “Tinelli, sin duda”. Algunos señalaron con razón que la elección de la AFA se decidía entre 75 punteros. Finalmente, la dirimió uno solo, y proveniente de sus filas. Vale recordar el paso de Macri por Boca, por la AFA y todo lo que hoy se denomina despectivamente como ‘grondonismo'.


También en la AFA, lo que está en juego es el porvenir de un régimen deportivo agotado y quebrado. Después de haber sido largamente expoliados por los monopolios mediáticos y camarillas empresariales -siempre en conexión con el Estado y los partidos de “gobierno”- los clubes fueron al socorro de los fondos públicos, a través del “Fútbol para Todos”. Ahora que el quebrado Tesoro nacional no puede sostener ese rescate, se ha abierto una pugna en torno de la privatización de las transmisiones futboleras y de sus futuros beneficiarios. Esta crisis se combina con otra batalla de rapiña por el manejo del gran negocio del fútbol mundial: la camarilla que dirigió Blatter está siendo mandada a la cárcel por otro conglomerado más importante, ligado a las grandes corporaciones capitalistas de los Estados Unidos. Esta crisis tiene fuertes vasos comunicantes con el derrumbe de AFA: uno de los grandes intermediarios del negocio local de las transmisiones, Alejandro Burzaco -quien fuera socio de Clarín, luego de los K y siempre de Julio Grondona- está preso en los Estados Unidos. Ahora, cae la orden de captura sobre el ex presidente de Quilmes Meiszner, ex presidente del Renar y ladero de Aníbal Fernández.


A la luz de estos desfalcos, la vieja camarilla de Grondona parece un lastre demasiado pesado para pilotear un rescate de la AFA. Eso explica el pasaje de un conjunto de ‘grondonistas' al campo del “cambio”. La lista empieza, desde luego, con el propio Tinelli, quien todavía hoy es socio ¡de Burzaco! en varios emprendimientos económicos. Pero el principal socio de Tinelli es Endemol (Cristóbal López), lo que explica su favoritismo por la candidatura de Scioli. Tal vez, por ese motivo el nuevo presidente mantenía todavía cierta ambigüedad en relación con la crisis de la AFA, aunque hubiera hecho alusiones a la necesidad de un “cambio”. Como esto no fue suficiente para dirimir la disputa, el escándalo del jueves lo ha obligado a definirse abiertamente. 


Así, un ex ‘grondonista' (Macri) acaba de ungir a otro ex grondonista (Tinelli). Lo que se pone en marcha es la privatización de “Fútbol para Todos”, no sólo a través de la publicidad paga sino con el postergado proyecto de las apuestas online, detrás del cual se debe restregar el socio de Tinelli, Cristóbal López. Pero el apoyo de Macri a Tinelli-López tiene claras implicancias extrafutbolísticas: la camarilla empresarial que gobernó con el kirchnerismo empieza a debatir su lugar en el gobierno de Cambiemos. La gran burguesía cambia de frente y esto no exime a los empresarios “amigos”.


Ni qué decir que esta operación nada tiene que ver con la mentada “transparencia” o limpieza del fútbol o de la AFA: el juego más popular de la Argentina seguirá siendo el coto cerrado de un conjunto de mafias capitalistas, que incluso son las mismas que -con otros mandantes- gobernaron el fútbol en las últimas décadas. El manejo de este botín se comparte con los partidos del régimen, con la burocracia sindical y sus grupos de choque, las barrabravas.


La transición de la AFA es un retrato del país -o sea, del “cambio” como continuidad de los intereses capitalistas.