En apenas una semana, fue ocupada ATC y se produjo la huelga del Colón y de los trabajadores de Radio Ciudad.

Los conflictos tienen en común la cesantía presente o potencial de centenares de trabajadores contratados, por la vía de la no renovación de sus contratos, lo que significa un vaciamiento de estas reparticiones.

“Nadie quiere cerrar el Colón, pero si es necesario, lo haremos”, advirtió Enrique Olivera (La Nación, 17/3). El gobierno progre no vaciló en blandir la vieja advertencia menemista “ramal que para, ramal que cierra”.

Lo que se pretende es la privatización del área de Cultura, en beneficio de los pulpos capitalistas del espectáculo. El desmantelamiento de compañías teatrales, orquestas y coros, planteles de escenografía y equipos de producción radial, abre el camino al concesionamiento pri4 vado de sus instalaciones. El pretendido abanderado de la cultura, apunta a convertir al patrimonio cultural de la Ciudad en otra “señal” de Warner y HBO.

El Partido Obrero plantea: gestión de las reparticiones culturales de la Ciudad por sus trabajadores. Efectivización y concurso para todos los contratados. Reconversión cultural de los centros comerciales (shoppings) bajo dirección de los trabajadores de la cultura y organizaciones barriales.