Políticas

8/2/2001|696

La Alianza es un lamebotas de los yanquis

El conocimiento de que el gobierno de la Alianza tiene decidido volver a votar en la ONU a favor de una condena a Cuba por violación de los derechos humanos, provocó la conocida declaración de Fidel Castro que dio lugar a un incidente diplomático con Argentina. La calificación de Fidel corresponde por completo a la realidad, más aún cuando cita como justificación para ella el “blindaje” que fue enteramente armado por el Tesoro de los Estados Unidos.


Lo que ya es menos claro es para qué desata Cuba este choque diplomático, que obviamente no servirá para modificar la posición aliancista, precisamente por las razones de lengua señaladas por Fidel. Después de todo, el gobierno “socialista” de Chile volverá a votar en contra de Cuba sin que esto haya provocado un choque diplomático similar. La condición de lamebotas de los yanquis tampoco ha sido para Cuba en el pasado un problema para su política exterior, como lo prueba su voto favorable a la designación de Argentina para el Consejo de Seguridad de la ONU, cuando gobernaba Menem. El menemismo firmó la alianza extra Otan con los Estados Unidos y la camarilla que lo rodeaba respondía a las exigencias del clan gusano de Miami dirigido por el fallecido Mas Canosa.


Es probable que Fidel Castro pretenda, con su calificativo, justificar ante la opinión pública cubana por qué sus “aliados” de América Latina no actúan como tales ni siquiera en los actos político-formales de la ONU. Si es esto, el incidente no pasará a mayores y Cuba seguirá con su política de buscar respaldo en la burguesía latinoamericana frente al bloqueo norteamericano. No es casual que Rodríguez Giavarini destacara que las relaciones comerciales de Argentina con Cuba se encontraban en su mejor momento y que diera como ejemplo de ello el acuerdo para convertir en activos cubanos los 1.500 millones de dólares de la deuda con Argentina.


La decisión de la Alianza de votar contra Cuba volverá a diferenciarla de Brasil, su “socio estratégico”, que reiterará su rechazo a la condena de Cuba. La divergencia servirá para acentuar la crisis del Mercosur frente a la presión norteamericana que pretende establecer un área de libre comercio en el conjunto de las Américas y que reclama también el apoyo al plan Colombia.


La crisis continental que se pone de manifiesto cotidianamente en todos los planos, como consecuencia de la crisis económica mundial, la correspondiente arremetida yanqui y la inocultable impotencia de los gobiernos nacionales patronales, revela la enorme actualidad de la consigna: “Por la Unidad Socialista de América Latina”.