Políticas

9/3/2001|698

La alianza y el pj, agentes de los pulpos mineros

Mientras Minera Alumbrera reiteradamente ha declarado, sin pelos en la lengua, que espera obtener beneficios por 10.000 millones de dólares en 20 años, equivalente a 500 millones anuales, el Estado provincial sólo obtendrá 100 millones, 5 millones al año, lo que representa sólo el 1% de los beneficios del pulpo minero. Desde que los grandes pulpos mineros hicieron su irrupción en la región, el régimen político catamarqueño se ha adecuado en función de proteger los enormes superbeneficios de aquéllos. Así, el gobierno del Frente Cívico aceptó sin oposición del PJ o del Frepaso en la Legislatura, las exigencias de Minera Alumbrera, para llevar a niveles irrisorios las regalías. Incluso dieron piedra libre a la empresa para que las regalías se pagaran deduciendo los costos de producción. El gobierno y todas las fuerzas políticas patronales hacen la vista gorda ante las infernales condiciones de trabajo que imperan en la mina y ante la destrucción impune del medio ambiente (deterioro, contaminación de las tierras y aguas).


En contraste con los superbeneficios asegurados a los pulpos mineros, el presupuesto provincial queda condenado a un congelamiento por 5 años, dando lugar a nuevos ajustes contra los trabajadores, los municipios y la educación pública. El gobierno se jacta de que Catamarca ha salido de la emergencia financiera, pero mantiene la rebaja salarial, y están en carpeta nuevas medidas de racionalización en el ámbito educativo que serán aplicadas luego de las elecciones del 25 de marzo.


Fuera del ámbito minero, el Estado provincial está virtualmente quebrado y todos los años tiene que ser rescatado por el Estado nacional. Lo mismo ocurre en el terreno de las industrias ‘promocionadas’, hasta el punto que de 180 empresas en esa condición sólo quedan 40, muchas de ellas aplicando despidos, suspensiones y recortes salariales; el caso más elocuente es el de Alpargatas. Los artesanos o los pequeños productores agrarios están asfixiados por la imposibilidad de recurrir al crédito, y sometidos a todo tipo de despojos por los grandes comercios y la industria.


Frente a este panorama que condena a Catamarca a un atraso perpetuos y a su población trabajadora al hundimiento de sus condiciones de vida, hay una salida, y ella pasa por desconocer la deuda pública y elevar las regalías al 50%, o sea al equivalente de 250 millones de dólares al año, que sumados a lo que se paga anualmente por intereses de la deuda pública, duplicarían los ingresos del Estado catamarqueño. Con esto se podrían elevar los salarios en el ámbito estatal a un mínimo de 600 pesos e impulsar un plan de industrialización y colonización agraria y de obras públicas que atienda las urgentes necesidades de la población (viviendas, agua, cloacas, caminos).