Políticas

27/11/2008|1065

La atomización del kirchnerismo

Los cargos más importantes que se dirimen en las elecciones internas del PJ en la provincia de Buenos Aires son la presidencia del partido, varias vicepresidencias, la secretaría general y la política. Todos estos cargos quedarán en manos del núcleo más rabiosamente mafioso, patronal y represivo de los intendentes, por obra y gracia de la “elección” resuelta por NK. Los nombres son conocidos: Balestrini, Raúl Otacehé (Merlo), Hugo Curto (Tres de Febrero), Mario Ishi (José C. Paz), Julio Pereyra (Florencio Varela), Juan José Mussi (Berazategui)…

Quien recorra estos nombres reconocerá a los responsables políticos de la agresión y la provocación a favor de TBA y el Grupo Cirigliano en Merlo; a favor de Peugeot en Tres de Febrero; de la golpiza a los activistas en los conflictos fabriles y de las “zonas liberadas” pactadas con la Bonaerense en vastas zonas del conurbano.

Han quedado desplazados los intendentes que se presentaron en las últimas elecciones en nombre de la “renovación política” y la “transparencia” frente a la patota y que ganaron en sus comunas a través de listas colectoras: Darío Díaz Pérez (Lanús), Darío Giustozzi (Almirante Brown) o De La Torre (San Miguel).

Para Horacio Verbitsky, “no es una paradoja menor que al mismo tiempo (que logra una “salida progresista a la crisis”), el kirchnerismo se encierre en el círculo más reducido del justicialismo tradicional y en el cierre de las listas bonaerenses no haya dejado espacios provinciales a quienes llegaron el año pasado por medio de las colectoras… limitados a competir ahora por la conducción justicialista en sus respectivos municipios, mientras los barones del conurbano… consolidan su control del aparato apolítico, aideológico y amoral que construyeron bajo el duhaldismo” (Página/12, 9/11).

¿Paradoja?

La convocatoria a la interna del PJ en la provincia de Buenos Aires fue resuelta de apuro por la camarilla de gobierno, luego de su mayúscula derrota frente al capital sojero. Era necesario “evitar las fugas” y “el desfile de intendentes y dirigentes provinciales” por otras tiendas políticas (Página/12, 17/8).

Con la consigna “todos adentro”, lanzada por el gobierno, en algunas elecciones comunales se presentan listas en las que compiten el oficialismo de turno, los restos del aparato duhaldista, los representantes políticos de los carapintadas o los genocidas, las escisiones en el bloque K, o de “unidad” entre todos ellos.

En Escobar, la lista “única” está encabezada por Sandro Guzmán, actual intendente y ex mano derecha de Patti, en un armado en el que se juntan todos los elementos vinculados al genocida y hoy cooptados por el gobierno, con los “progresistas” que fueron sus víctimas.

En Lanús, donde después de 25 años fue barrido el “histórico” Quindimil, la lista oficialista es la unidad entre el “renovador” Díaz Pérez y… Quindimil – que aunque no está presente físicamente en la lista, tiene mayoría en ella.

Duhalde – Solá

La atomización del PJ tiene otras vertientes.

Felipe Solá ha oficializado su ruptura con el gobierno (luego de haberse alineado con “el campo” en la reciente crisis) y constituido un interbloque de 22 diputados en el que revista Francisco De Narváez, otro peronista “disidente”.

La ruptura, así como la renuncia de dos ministros del gobierno Scioli, fue impulsada por Eduardo Duhalde. Bajo esta inspiración, Solá apunta a un frente con el PRO, que ya tiene agenda propia, y con la UCR Cobos.

Hacia abajo, en los municipios, el frente Duhalde-Solá-Macri está llevando a una quiebra de las “mayorías automáticas” que tuvo el gobierno hasta hace poco tiempo.

La crisis, como el topo…

El “dedo sabio” del matrimonio K ha abierto una crisis con los “piquetruchos”. “En medio de los resquemores crecientes, se suspendieron dos actos masivos que prometían la palabra del ex presidente y la promoción de su candidatura 2009. ‘Al refugiarse en el PJ, Kirchner abandonó la propuesta transformadora por una propuesta conservadora'”, explicó a Clarín Jorge Ceballos, que aún es subsecretario de Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social. En la otra punta del espectro, el Movimiento Evita, el más peronista de los movimientos sociales, se quejó públicamente por el armado de las listas para las elecciones internas del PJ bonaerense: “‘Hacían falta menos Ishiis, Othacehés y Curtos y más Díaz Pérez, Giustozzis y Rossis’, resumió un importante dirigente” (Clarín, 11/11).

El peronismo y el FPV tratan de sobrevivir como ocurre con los bancos en quiebra.