La bancarrota capitalista sobre los siete mares (II)

La ofensiva patronal y la respuesta obrera

Las patronales portuarias en todo el mundo se dan cuenta que, por la dimensión de la crisis, ya no les va a alcanzar con los despidos y suspensiones que ya se hacen sentir fuerte entre jornaleros y contratados. Quieren avanzar sobre la relación laboral de los portuarios, sobre los convenios.

Los capitalistas europeos fueron los primeros en señalar el camino que ya recorren todas las patronales del planeta.

Es así que la UE, a través de su comisión parlamentaria, impulsó liberalizar los servicios portuarios. Los capitalistas le reclamaban a sus gobiernos y a la comisión de la UE que se liberen los servicios de manipulación, amarre y acceso a los buques en los grandes puertos y reclama la autoasistencia, que las navieras utilicen sus propias tripulaciones en las labores de carga y descarga (flexibilizar a los marineros) o las terminales puedan contratar personal temporal para esa labor (fuera de convenio y en negro).

Los primeros en coordinar la ofensiva fueron los patrones y los gobiernos regionales españoles, que convirtieron en ley la liberalización y encabezan el bloque de países, junto al Reino Unido, Luxemburgo o los Países Bajos, que más presionan para que se aplique la normativa en la comisión europea.

Reino Unido ya desrregularizó su actividad portuaria y flexibilizó a sus trabajadores a fuerza de despidos. Francia firmó contratos en la misma dirección en todos sus puertos: son pasos que se están dando en todos los países europeos. Es un operativo general, como fue el de las privatizaciones en todo el mundo en los ’90. Para aplicar el modelo de flexibilización laboral inglés “landon-ports “ y el modelo logístico “hud-and-spoke”, que consiste en desarrollar puertos estratégicos para los mega-contenedores y evitar escalas menores para reducir tiempos y costos, luego trasladar las cargas a puertos regionales en barcos menores o vía terrestre.

Simultáneamente, los gobiernos americanos, previamente a la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Trinidad y Tobago. En una reunión de la CIP (Comisión Interamericana Portuaria) en Buenos Aires, junto a los patrones imperialistas integrados a la comisión, en carácter de comité técnico consultivo, coordinaban la ofensiva en el continente empezando por los puertos de Perú, Ecuador y Chile.

Respuesta obrera

Los estibadores europeos – millares de personas registradas como trabajadores portuarios en toda la UE, especialmente en los Países Bajos, Bélgica, Alemania, Francia y el Reino Unido–  no se piensan quedar con los brazos cruzados.

Fue así, que miles de estibadores de doce países europeos, entre ellos 1.700 españoles, se manifestaron ante la sede del Parlamento Europeo, en la ciudad francesa de Estrasburgo, para expresar su rechazo a la propuesta de directiva para liberalizar los servicios portuarios
La columna de algo más de 10.000 portuarios chocó violentamente con la policía antidisturbios francesa y rompió a pedradas varias ventanas de uno de los edificios que integran el complejo del Parlamento Europeo. Finalmente, el parlamento dio marcha atrás con el proyecto, pero las patronales en cada uno de los países sigue buscando la forma de des-encuadrar a los trabajadores de sus convenios.

Las huelgas se hacen sentir con fuerza en toda Europa especialmente en Bélgica, Italia, Francia y en España que pusieron en jaque a las patronales volcando a su lucha la solidaridad de muchos otros sectores de la clase obrera como los docentes, bomberos, camioneros, municipales, etc., que en muchos casos fueron a huelgas parciales en solidaridad.

La crisis amarra en el puerto de Buenos Aires

La crisis, la ofensiva patronal y la respuesta obrera se sienten en toda América Latina, como lo prueban las huelgas en Perú, Chile, Ecuador y muchos otros puertos de la región.

Buenos Aires no es la excepción y se coloca en una caída del orden del 10% en general y un marcado descenso del movimiento. Así lo admitieron fuentes de Terminales Río de la Plata (concesionaria de las terminales 1, 2 y 3 de Puerto Nuevo). “El volumen del último bimestre cayó un 35%. No estábamos preparados para una caída tan fuerte”, señalaron.

TRP cerró 2008 con una caída del 5% respecto de 2007, y las perspectivas para 2009 no son mejores. “Día a día, el volumen sigue bajando. Llegan menos buques y menos contenedores, de importación y exportación”, agregaron.

La situación es idéntica en Exolgan. “Tuvimos una caída del 28%. Cerramos 2008 con 370.000 TEU, contra 350.000 de 2007. Para este año, con suerte moveremos 290.000”, sostuvo un optimista directivo de la terminal de Dock Sud.

Las patronales buscan reagruparse y reagrupar a las conducciones sindicales para dar el golpe. En ese marco se inscriben los vencimientos de las concesiones de las terminales y la intención de construir un puerto en la ciudad de La Plata con personal flexibilizado.
Los portuarios se ven ante la difícil tarea de organizarse para enfrentar la ofensiva contra su estabilidad y su relación laboral.

Es necesario quebrar la atomización de la organización sindical portuaria en más de 14 sindicatos, hoy divididos en convenios por empresa. Los futuros despidos y suspensiones no reconocerán “particularidades” por sindicato. Hay que avanzar en una coordinación de las bases portuarias con un programa común: no permitir despidos ni suspensiones, por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario y por la ocupación de cualquier terminal que despida a sus trabajadores.

El puerto es siempre una víscera vital de los capitalistas; un día de paro de los trabajadores portuarios significa millones de dólares de pérdidas para grandes pulpos comerciales. Frente a la crisis capitalista mundial no hay que olvidar nunca que los trabajadores pueden controlar un aspecto central de la economía del país, el propio puerto. Hay que quebrar la privatización portuaria que sólo ha traído pérdida de conquistas y una brutal explotación. Necesitamos, frente a la crisis, una salida de fondo de los trabajadores: el fin de todas las concesiones portuarias y un puerto en manos del Estado bajo control de los trabajadores.


“La bancarrota capitalista sobre los siete mares: La parálisis del comercio”

Ver primera parte de la nota en PO 1081

www.po.org.ar/node/20771

Fede