Políticas

26/9/2018

La burocracia abandonó el reclamo: hay que reabrir las paritarias

La mayor caída del salario en 15 años.

“Sin reapertura de paritarias, 2018 cerraría con la mayor caída del salario en 15 años”. Así titulaba El Economista (24/9) una nota sobre el derrumbe de los salarios que, salvo muy contadas excepciones, tuvieron aumentos paritarios que no pasaron del 25% para todo el año, cuando el propio gobierno estima que la inflación superará el 42% al mes de diciembre y distintos economistas la hacen subir hasta el 45 por ciento (La Nación 13/9), el mayor índice de aumento desde el año 2002.


Estimados por su valor de compra, los ingresos medios de los trabajadores en los primeros seis meses de este año, tuvieron un nivel casi 3% inferior al del año 2013 (El Economista, ídem).


Mientras los aumentos salariales del 2018 en muchos casos ya han sido cobrados en su totalidad, la inflación, solo en el primer semestre, llegó a 24,3%, es decir que, a junio, ya había absorbido los incrementos que acordó la burocracia en los acuerdos paritarios para todo el año.


Si se le suma el incremento de precios del 7% de julio y agosto y el estimado del 6% para setiembre (La Nación, ídem), la diferencia entre salarios y precios ya alcanza hoy a más de 13 puntos y en diciembre llegaría a entre 17 y 20 puntos de retraso respecto de la inflación.


Esto como producto de la traición de las burocracias de todo pelaje, que han firmado aumentos miserables en las paritarias y que han archivado “para el 2019” el reclamo imprescindible e inmediato de reapertura de las paritarias.


Otro dato que muestra el derrumbe de los ingresos de los trabajadores surge del relevamiento oficial del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) –que solo contempla los salarios del sector privado formal– de donde surge que los sueldos reales están estancados desde el año 2013.


“Pero, como tanto los salarios de los empleados públicos como los de los trabajadores informales y los ingresos de cuentapropistas –no contemplados por el SIPA- son, en promedio, inferiores a los salarios del sector privado formal” aquellos “datos sobreestiman la evolución de los ingresos individuales en los hogares argentinos” (El Economista, ídem).


Es decir que, en el mercado laboral tomado de conjunto, hubo una caída sistemática de los salarios desde el año 2013 para acá.


Ante este cuadro de miseria creciente, la burocracia cegetista profundiza su política de colaboración con el gobierno y, así, la reapertura de las paritarias y el necesario incremento inmediato de los salarios ni figura como la principal exigencia en la convocatoria a los paros. Y, por supuesto, tampoco impulsa ninguna lucha por este reclamo en los respectivos gremios que dirige, pese a que en muchos de los gremios se firmó la formalidad de una “cláusula de revisión” si por caso “la inflación se disparara”.


Con una verborragia que esconde la misma política, todos los gremios kirchneristas, detrás del escudo “hay 2019”, han abandonado toda lucha por el salario y los despidos.


El activismo de todo el país hace enormes esfuerzos, en luchas aisladas por la burocracia, para enfrentar el ajuste del gobierno y los gobernadores oficialistas y opositores. Es el que tiene en sus manos la tarea de organizarse, impulsar campañas con asambleas por la reapertura de las paritarias, por un congreso de delegados de base para lanzar un paro activo y un plan de lucha hasta quebrar el plan de ajuste oficial.