Una de las obsesiones de la gestión macrista, fue tratar de mostrar que en su gobierno se ha producido un “aumento” de los espacios verdes en la ciudad. Su gran slogan proclamatorio ha sido conocido con la frase “ciudad verde”.
Sin embargo, la Legislatura, y la mayoría de los partidos patronales que la componen, han actuado como una especie de gran “escribanía” para las grandes corporaciones inmobiliarias, tales como Irsa o Corporación del Sur, entre otros.
Otorgaron, en términos de concesión, los terrenos públicos para la especulación inmobiliaria, antes que utilizarlos para la vivienda familiar, la construcción de escuelas u hospitales o para espacios verdes.
Por eso el planteo consiste en ceder los terrenos para la especulación y, de no ser posible, se “crearían espacios verdes”. Sólo nuestro diputado, Marcelo Ramal, denunció estos hechos en una Legislatura corroída hasta los tuétanos que complacía y observaba en un silencio casi cómplice.
Al mismo tiempo, Ramal fue objeto de las provocaciones del legislador del PRO, Quattromano (ex barrabrava de Chicago) que defendía, a la manera que suele hacerlo, la privatización de 47 hectáreas en el barrio de Lugano (véase PO N° 1.346).
Aparece, entonces, un nuevo núcleo “verde” de empresas (Salvatori, Algieri Cultivos, Ecología Urbana, etc.) que no dejaron escapar la chance para sacar su tajada y realizaron otros de los espectaculares negociados a los cuales el macrismo nos tiene acostumbrados.
El 16 de marzo último se les adjudicó a las empresas mencionadas el “Servicio de Mantenimiento Integral de las Areas Verdes”. El contrato es por un monto total de casi 600 millones de pesos.
Con este nuevo furor “verde” macrista asistimos, en realidad, a una “violentación” sin precedentes del presupuesto porteño que está siendo cada vez más orientado al beneficio privado.
El motor fundamental de esos acuerdos lo constituyen Macri, con su delfín Larreta y Edgardo Censon. Este último fue uno de los hombres de Melconian e integró su consultora financiera y hoy se encuentra al frente del Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
En la vereda de enfrente, la situación de los trabajadores y los vecinos de la ciudad es cada vez más insostenible porque se encuentran atravesados por una crisis extraordinaria que los cruza de pies a cabeza: la degradación del sistema educativo (con 13 colegios tomados hasta la semana pasada), de la atención de la salud y de la inseguridad, entre muchos otros ítems.
En el “matrimonio” entre el gobierno porteño y las “empresas verdes” ambos conyugues defienden los mismos intereses sociales. Pretender poseer una “ciudad verde” bajo este régimen social es una ilusión.
Sólo un gobierno gestionado por trabajadores será capaz de organizar y redireccionar la utilización del espacio verde en favor de las mayorías y promover así, un mundo más saludable.
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1. http://boletinoficial.buenosaires.gob.ar/documentos/boletines/2015/03/20150318.pdf
