Políticas

4/4/1995|442

La crisis se agrava y el ambiente se calienta

Ya no existen dudas de que teníamos razón cuando dijimos que la crisis se había agravado como consecuencia del acuerdo con el FMI y de los acuerdos a los que llegó el gobierno con los suscriptores del “bono patriótico”. El cierre de las empresas más importantes, la suspensión masiva de trabajadores, el derrumbe industrial en el interior del país, el cierre de comercios en la Capital; todo esto testimonia la profundización de la crisis. La suba de la Bolsa, interpretada como un signo de recuperación, ha acelerado la crisis porque sustrajo créditos y capitales necesarios para  la industria.


El anuncio, al cierre de esta edición, de la cesación del  Banco Cooperativo de Caseros, es una señal del agravamiento de la crisis bancaria, ya que ese banco había sido destacado hasta hace poco como uno de los que estaba absorbiendo a otros en bancarrota. Se refleja en este hecho que los depósitos siguen sin retornar a los bancos, luego de haber emigrado por 7.500 millones de dólares, y que continúa la pérdida de reservas del Banco Central, a las cuales nada han beneficiado ni el acuerdo con el Fondo ni el suscripto con los “patriotas”.


El derrumbe del “plan” Cavallo, por lo tanto, sigue planeando como una amenaza para la reelección de Menem y aún para que pueda cumplir su mandato en término.


Estatización de la deuda privada


El establecimiento de un llamado “fondo fiduciario”, por 4.000 millones de dólares, para impedir el colapso del conjunto del sistema bancario, constituye un intento de estatización de la deuda privada. Según los proyectos en danza, el Fondo se haría cargo de los créditos incobrables de los bancos con un dinero que es el producto de un nuevo endeudamiento del Estado. Si se tiene en cuenta que entre el Nación y el Central ya se lleva gastado un monto similar, desde diciembre, con esa misma finalidad, el “rescate” insumirá unos 8.000 millones dólares —una vez y media más que el total de los capitales registrados por los bancos.


Este proyecto ha desatado una furiosa lucha económica y política, ya que los grandes bancos pretenden que el Fondo se aplique, no a salvar a todos los bancos, sino a financiar su absorción por los pulpos mayores. Una operación similar, aplicada en Chile en 1982, tiene clavado al Banco Central de ese país, trece años despues, con la totalidad de los créditos incobrables en sus cuentas. La falta de un acuerdo sobre la función del mencionado Fondo, podría dejar en la nada al mentado “bono patriótico”.


Ha sido evidente que los grandes bancos nacionales y el Citi han piloteado la operación rescate, esto con la finalidad de quedarse con la parte del negocio financiero. Sin embargo, al acecho se encuentran los bancos extranjeros, que tienen derecho a un representante en el Fondo Fiduciario, en el cual hasta podría incluirse a un funcionario de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Quizás debido a esta extraordinaria extranjerización, el bono ha sido denominado como lo fue.


Brasil


Los últimos acontecimientos han aniquilado las expectativas de que Brasil pudiera transformarse en una locomotora que sacara a Argentina de su marasmo. El gobierno de Cardozo se vio obligado a devaluar el real, pero con ello sólo consiguió aumentar la fuga de capitales. Tradicionalmente superavitario, el comercio exterior brasileño registró en el primer trimestre un déficit de 4.000 millones de dólares, lo que hace prever una nueva devaluación monetaria. De cualquier modo, la elevación de los aranceles de importación, resuelta por los brasileños hace siete días, anuncia una política de restricciones comeciales que afectará a Argentina. Más grave, si cabe, es que la crisis bancaria es allí peor que aquí, debido a la bancarrota del principal banco del país, el Banespa, y a la impasse que ha provocado las divergencias acerca de qué hacer con él.


En este cuadro, no es casual que haya bajado la calidad de las exportaciones de Argentina, donde las materias primas desplazan a la manufactura. El petróleo, el trigo y el acero son los rubros que han respondido a un transitorio aumento de la demanda internacional.


México


Casi ningún medio ha hecho referencia a la anulación del prestámo “patriótico” que un conjunto de bancos había prometido a México, por 3.000 millones de dólares, para hacer frente a la deuda externa. La razón para ello es que no quieren tirar la plata. Ofrecen sí el dinero para un Fondo Fiduciario que les permita quedarse con los bancos mexicanos. Al mismo tiempo, la CIA informó que México no logrará exportar el petroleo previsto, lo que pone en cuestión la garantía ofrecida para los préstamos de Estados Unidos. La impasse mexicana ha llevado a un sector del congreso norteamericano a pedir la anulación de la “ayuda” a México.


La crisis mexicana y la grave situación por  la que pasa Canadá han echado una sombra sobre el Nafta y sobre el dólar. La continua desvalorización de éste amenaza con acentuar la guerra comercial entre las principales potencias y provocar una guerra de tasas de interés. Este es el marco internacional del derrumbe del “plan” Cavallo.


Entre el “libro de pases” y el fraude


Es indudable que esta situación explica el pase de numerosos políticos patronales al bordonismo y la conducta de varios jefes radicales de anudar alianzas provinciales con el Frepaso. Una reciente encuesta de Clarin preocupó al gobierno porque señala la posibilidad de que el menemismo tenga que ir a una segunda vuelta. Las posibilidades del bordonismo contrastan con su raquítica militancia popular, prácticamente no se lo ve en las calles. La razón es que no tiene gente. Sustituye esta carencia con contubernios y apoyos económicos muy fuertes.


En virtual alternativa del imperalismo ha concluído el Frente Grande, lo que explica el apoyo de Bordón al FMI a través de una reciente carta.


La crisis del gobierno se manifiesta en la posibilidad de tener que ir a una segunda vuelta a pesar de la fragilidad de sus oponentes. Existe una tendencia al corte de boleta en Buenos Aires, alentado por sectores del aparato peronista, que puede acabar con Menem. Son numerosas las evidencias de que el PJ está preparando un gigantesco fraude en la provincia para garantizar la victoria en el primer turno. Repetiría, en mayor escala, lo que hizo cuando el plebiscito bonaerense.


La osada actitud de numerosos pobladores de las barriadas del gran Buenos Aires, que salieron a protestar durante la última caravana menemista, es el síntoma de una creciente tendencia a la rebelión popular. Por eso se está hablando tanto del “estallido social”. Las ocupaciones de fábrica señalan la misma tendencia.


Orientar estas luchas y desenmascarar a los suplentes patronales del menemismo, son las principales tareas del momento.