Políticas

10/5/2017

La demagogia de Bullrich oculta los travesticidios y explotación por parte de la policía

Mientras las travestis siguen muriendo y siendo hostigadas por las fuerzas represivas, ascienden a mujer trans como subcomisaria.


El pasado lunes, Analia Pasantino, una mujer trans que antes de su transición oficiaba como policía y fue expulsada de la fuerza debido a su condición, fue reincorporada y ascendida a subcomisaria de la Policía Federal en un pequeño acto realizado el pasado lunes 10, encabezado por Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y que contó con la participación del jefe de la Policía Federal Néstor Roncaglia, la subjefe Mabel Franco y la titular del Área de Diversidad del ministerio, Mara Pérez Reynoso. Analía había sido separada en 2010 debido a su identidad de mujer trans, que según las fuerzas de represión la convertían en una persona con una "patología irrecuperable".


 


Bullrich en su cuenta de Twitter definió la reincorporación de Pasantino como un "acto de justicia". Sin embargo, no es más que una acción demagógica que intenta lavarle la cara al Estado y a sus fuerzas policiales, a las que ahora intentan mostrar como "inclusivas". Con este acto, la ministra propone borrar con el codo la historia de persecución sistemática, represión y detenciones compulsivas de las fuerzas de seguridad para con las personas trans, que se mantienen.


 


La expectativa de vida de las personas trans en la Argentina no supera los 35 años a causa de la marginación, la expulsión temprana de los hogares, la exposición a las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y la violencia policial, social y personal que deben soportar cotidianamente en “la calle”. En ese contexto, los travesticidios ocupan los portales de noticias cada vez más usualmente. Además, la Ley de Identidad de Género, aprobada en 2012, se cumple solamente en parte, ya que el acceso a la salud y a la educación está vedado, ni hablar del acceso al trabajo. La inclusión social para las personas trans no se puede dar de la mano de la misma institución corrupta, que es la principal pata de las redes de trata de personas y que amedrenta y explota a trans y travestis que se ven empujadas a la prostitución para sobrevivir.


 


En el escenario actual, donde las mujeres y las personas LGBTI se abren camino cada vez con más fuerza, no podemos dejarnos engañar por estas acciones demagógicas del gobierno. Es preciso organizarnos de manera independiente de Estado, la Iglesia y los partidos patronales, que siguen propagando la miseria y la explotación.


 


Luchemos por real inclusión laboral para las personas trans, por la implementación del cupo trans en todo el país. Los proyectos de ley presentados por los diputados del PO-FIT Marcelo Ramal y Soledad Sosa en la legislatura porteña y el Congreso nacional respectivamente, van en esa dirección.