Políticas

18/3/2004|842

La Dictadura del Proletariado y Sasetru Gestión Obrera

Una quiebra fomentada desde el Estado, una compra fraudulenta y 18 años de abandono no fueron suficientes para disminuir la voracidad de los capitalistas.


Casi dos décadas más tarde, en un país completamente arruinado y después de un sacrificio enorme de la clase obrera, marcha a paso firme un fenómeno político y social sin precedentes en su historia de lucha: la masiva movilización de millares de trabajadores al movimiento piquetero, hoy día sinónimo inconfundible en el mundo del nombre de nuestro país.


Esta expresión de lucha y de conciencia de clase (en sus agrupaciones políticamente más avanzadas) se ha extendido la toma de fábricas.


El 30 de enero del 2003, Sasetru es recuperada de los tentáculos capitalistas de Molinos Río de la Plata, que a través de una empresa fantasma llamada MoliSur, la tuvo secuestrada para que su estructura productiva no funcionara nunca más, asegurándole indefinidamente un mercado cautivo.


Indudablemente, una estafa de esta envergadura sería imposible de realizar al margen del amparo del Estado capitalista.


5.400 puestos de trabajo y otros 25 mil de comercio y transporte en relación directa con la producción de Sasetru no fueron motivos suficientes para detener este proceso de desocupación y de hambre (que abarcó a todo el país).


¿Cómo enfrentar estas fuerzas despóticas de explotación capitalista si no es través de un poder político que le permita a la clase explotada imponer sus condiciones hasta instalar un régimen de relaciones sociales de producción basadas en los intereses de las mayorías?


He leído, en los debates sobre este tema, que Olliver, dirigente de la LCR (Liga Comunista Revolucionaria), se inclina a tener mucha más preocupación por el rechazo que el término Dictadura puede provocar en la sociedad (y sobre todo a la hora de contar votos) y desestima la degradación, el embrutecimiento y la desintegración física de millones de seres humanos a manos de los “defensores de la democracia” por medio del hambre y de la guerra.


Hace poco, un compañero me acercó un artículo de Lenín, en el cual desarrollaba su posición sobre una discusión con elementos socialdemócratas holandeses que, escandalizados, vociferaban en contra de los Jefes o la Dictadura de Partido.


A mi entender, ese debate frente a los Ollivier de aquella época adquiere una indudable actualidad, sobre todo para aquéllos que tomamos Sasetru como expresión práctica de un programa político clasista convocando a la clase obrera a ocupar las fábricas, pero bajo el régimen del Control Obrero.


La Dictadura del Proletariado (expresión científica de la consigna popular del Gobierno de los Trabajadores) es la única democracia compatible con nuestras aspiraciones sociales y habrá de jugar el rol de Dictadura contra los Capitalistas.


En Sasetru, esas fuerzas enemigas están dando batalla y la lucha obviamente se da en total desigualdad de condiciones. El Estado capitalista cuenta con recursos que desde el punto de vista inmediato son infinitamente mayores que los recursos materiales con que cuentan para su lucha los trabajadores.


Pero el contexto general de crisis económica ha llevado al Estado burgués a una crisis de poder político y con ello al debilitamiento de la opresión sobre los trabajadores.


Por ello, su Dictadura de Clase (la llamada democracia burguesa) se ha debilitado; tiene límites para echar mano de su aparato especial de represión contra los piqueteros, pues cada vez que lo hace se produce un fenómeno de movilización general de las clases explotadas que llena de preocupación a la burguesía y al imperialism.


Por ello, el abandono de la consigna programática de la Dictadura del Proletariado, por parte de LCR, ha de pasar a la historia en el terreno de la lucha de los pueblos y de las clases explotadas que desgarran su vida para liberarse de toda opresión, como la cobardía más grande en los albores del Siglo XXI, justamente el siglo de las revoluciones socialistas.


¿Quién dice eso? ¿El compañero Güeso? Bueno. Ojo, no es poco. Soy piquetero desde el nacimiento de este fenómeno y el despotismo capitalista ¡vaya si me enseñó sobre lo que es la dictadura de una clase sobre la otra!, pero a decir verdad y como soy marxista, esta afirmación es la prolongación de la tendencia económica de las fuerzas productivas que al desarrollarse atropellan las imposiciones despóticas de los capitalistas que detrás del lucro individual pretenden imponer sus caprichosas fusiones y megafusiones cuando esas fuerzas productivas han superado largamente el período de la acumulación individual.


Indudablemente las clases se organizan y luchan, pero para vencer, las clases explotadas luchan y actúan como Lenín, como los piqueteros de Argentina, no como aquellos holandeses y mucho menos como los Ollivieres.


En Argentina los holandeses, digo, los Ollivieres se han instalado entre los que luchan y en la ocupación de fábricas han llevado a los trabajadores que han confiado en ellos y a esas ocupaciones a hacer imperdonables concesiones al estado capitalista por las cuales ya varias de ellas se enfrentan a la restauración de la patronal a manos de cláusulas por las cuales los obreros luego de dos años deben comprar la fábrica si no, se abre la oferta a particulares entre ellos el mismo patrón anterior que indudablemente tendrá, según el caso, la prioridad. Con lo cual el esfuerzo de los obreros ha de servir para la re-instalación del régimen de explotación capitalista en esas fábricas actualmente ocupadas, generando la desmoralización entre las filas obreras.


La concesión estratégica de abandonar la consigna de la Dictadura del Proletariado es exponer de forma relevante las verdaderas aspiraciones de esta organización política que podrá reclamarse socialista, pero que no es otra cosa que una variante de partido burgués como el de aquellos holandeses que en su tiempo desenmascaró Lenín.


Sasetru Gestión Obrera marca una de las tendencias en la clase obrera piquetera que ningún Oliver podrá enredar en el palabrerío democratista. Como no queremos que ningún charlatán mañana salga a llenarse la boca en defensa de nuestro involuntario silencio, ahora nos defendemos con el lenguaje salvajemente exacto de los Piquetes.


Nada de democracia para los capitalistas, la democracia para los trabajadores será posible si ejecutamos la dictadura obrera contra los explotadores