Políticas

5/11/2009|1107

La “eficacia” de Milagro Sala

De Gennaro y Morales Solá, de acuerdo


Milagro Sala no salió mal parada del acoso mediático que recibió en los
últimos días. Aunque los opositores al gobierno deploraron sus patotas,
ponderaron que “hace obras” (Clarín, 25/10). Hasta Morales Solá le adjudicó haber “hecho una eficaz tarea social allí donde el Estado no está” (La Nación,
25/10). El recalcitrante columnista le reconoce la “eficacia” de haber
construido una gigantesca red de trabajo precario. Sobre esa base, la
organización de Sala ha anulado al movimiento piquetero jujeño como
referencia combativa o independiente del Estado. En uno de estos
reportajes, Sala evocó “las luchas que voltearon gobernadores, allá en
los ‘90”. Pero la Tupac se consolidó al final de ese período, para
cancelar las grandes acciones piqueteras de lucha contra el Estado. Eso
es lo que la burguesía le reconoce: desde que está Sala, ya no se
“voltean gobernadores”.


Milagro Sala es la principal contratista de obra del Estado jujeño.
La “eficacia” que los medios patronales saludan, reside, por ejemplo,
en construir “más rápido y más barato que cualquier otra empresa”. Para
ello, ha apelado a la sobreexplotación de los desocupados
“cooperativizados”, que reciben ingresos por debajo de los salarios de
convenio. Es el propio movimiento el que se encarga de ejercer sobre
ellos un férreo control de características patronales: Milagro “se
enoja si hay tardanzas”; relata Clarín (25/10)
en relación con los talleres de costura que abastecen de delantales al
Estado provincial. Con la pereza intelectual que los caracteriza,
bastaron las postales de esos talleres para que los de Carta Abierta se
sacaran la foto con Milagro; por supuesto, en Buenos Aires.


En alguna oportunidad, las cámaras patronales de la construcción han
protestado por el “acaparamiento” de obras que ejerce el movimiento de
Sala sobre el presupuesto provincial. Pero la sangre no llega al río.
Es que las obras y talleres de Tupac son una referencia de
superexplotación de la que se sirven, luego, todas las patronales de la
provincia.


Mientras son sometidos al trabajo “cooperativo”, miles de
desocupados fueron retirados de las rutas y las calles. Sólo retornan a
ellas cuando se trata de apoyar a un candidato oficial. O, peor aún,
para actuar como fuerza de choque contra los movimientos piqueteros que
resisten la cooptación oficial. Por una vez, la UCR vivió, en carne
propia, lo que durante años han soportado el Polo Obrero y otras
organizaciones. Consciente de ese papel regimentador, Cristina Kirchner
la invitó al acto de la asignación universal por hijo. “Seguí así” le
dijo, poco después de haber nacionalizado el “método” de Sala para su
plan de “trabajo cooperativo”.

Pero el más significativo de los avales recibidos por Milagro Sala
provino de la CTA, en todas sus vertientes. Yasky y De Gennaro viajaron
a Jujuy para apoyar, con todas sus fuerzas, a la mayor gerenciadora de
trabajo precario del país. Sala integra el Consejo Nacional de la CTA,
y nada menos que como secretaria de “acción social”. El viaje de los
popes de la CTA es toda una lección. Fueron a reivindicar lo mismo que
saludan Moralés Solá y otros: una tarea de “contención social” a cuenta
del Estado. En definitiva, es la misma tarea de regimentación que los
Yasky y De Gennaro quieren jugar contra el movimiento obrero que lucha
por una nueva dirección.